Por.... Fernando Mexía
Los recientes anuncios de Amazon y Google escenifican la más que anticipada migración de los servicios informáticos a la nube que aterriza ya en los hogares dispuesta a cambiar un mundo que aún funciona a base de descargas.
Esas compañías de internet lanzaron en el último mes y medio dos plataformas para que los usuarios alojen sus archivos y su música en la web, o lo que es lo mismo, en unos enormes centros de datos protegidos por fuertes medidas de seguridad llamados a reemplazar paulatinamente a los discos duros caseros.
Google Music Beta, presentado el martes, y Cloud Drive y Cloud Player de Amazon, que vieron la luz en marzo, han puesto de forma gratuita (hasta el momento) a disposición de los internautas un almacíén virtual para alojar miles de canciones y documentos para que sean accesibles desde cualquier dispositivo con conexión a internet.
Si bien la idea no es nueva, ya que existen numerosas empresas que ofrecen servicios parecidos, el movimiento de esos dos gigantes de internet resulta sintomático del horizonte hacia el que se dirige la industria tecnológica.
Hasta la fecha, Microsoft y Google han abanderado el desarrollo de servicios en la nube, el primero más enfocado en sus clientes en empresas y el segundo en soluciones al consumidor final a travíés de las cuentas de correo Gmail, ambos respaldados por su más amplia red de centros de datos que les da cierta ventaja competitiva.
Amazon cuenta tambiíén con una importante logística que no solo usa para su negocio de venta en la red, sino que alquila parcelas de ciberespacio donde residente páginas como HootSuite, Foursquare y Quora.
La red social Facebook está invirtiendo millones de dólares en la construcción de centros de datos para poder seguir creciendo, lo mismo que Yahoo!, que actualmente está atravesando un período de ajustes internos, y al igual que Apple, que todo apunta que pronto desvelará su estrategia en la nube.
Los analistas del sector aseguran que la empresa de Steve Jobs estrenará esta primavera un nuevo centro de datos en Carolina del Norte que tuvo un coste de 1.000 millones de dólares y es cinco veces más grande que sus principales instalaciones, actualmente situadas en Newark, en California.
Ese complejo permitirá a Apple expandir su presencia en la nube y lanzar el rumoreado iCloud, una versión del gestor y tienda virtual iTunes fusionado con su software de aplicaciones en la nube MobileMe, hasta ahora de pago y que sincronizaba el email, el calendario y los contactos de los usuarios entre dispositivos.
Apple dejó de vender MobileMe en febrero, un gesto que se entendió en el mercado como una medida previa a la llegada de iCloud que podría ser anunciada durante la Conferencia Mundial de Desarrolladores de Apple que abre sus puertas el 6 de junio en San Francisco.
La apuesta de los creadores del iPhone por competir en la nube es tal que, según publicó en abril The Wall Street Journal, pudo pagar hasta 4.5 millones de dólares a una compañía sueca para comprar el dominio icloud.com.
El florecimiento de servicios en la nube camina en paralelo con el íéxito en el mercado de los dispositivos móviles que están sustituyendo a los ordenadores personales como la principal vía por la que los usuarios consultan internet diariamente.
Estos aparatos, pequeños y ligeros, nacen con sistemas operativos nuevos y más sencillos que confían en programas externos para poder operar entre ellos y con los ordenadores personales tradicionales.
Una especie de híbrido entre ambos es Chromebook, un modelo de portátil presentado por Google el miíércoles que funciona con software en la nube, pensado para subir contenidos más que para bajarlos.