Bañuelos hará más caja con la venta de sus 'joyas' en Nueva York y Mallorca
Enrique Bañuelos se acaba de quedar sin su buhardilla en Madrid, al vender el palacete del Marquíés de Salamanca, uno de los edificios de la Fundación Astroc, a los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer, conocidos como los 'Albertos'. Una operación con la que ha hecho caja, pero que no será la única de este calibre. El objetivo es poner punto y final a la Fundación Astroc.
Y es que el promotor valenciano espera embolsarse más dinero con la venta de todas las sedes de la Fundación Astroc, excepto la situada en Valencia, informaron a este diario fuentes cercanas al empresario.
La idea de Bañuelos es desprenderse de la sede de Nueva York, que está ubicada en las torres de Time Warner Center, cerca de Central Park. Una oficina muy conocida por su inauguración, ya que el empresario invitó a paella a 20.000 personas en el parque de Manhattan.
Otro de los pasos que dará será vender la sede de Palma de Mallorca, ubicada en el Castillo de Bendinat en Calviá. Esta operación está más próxima de ver la luz, ya que hay más de un interesado que se ha acercado a Bañuelos para comprar el emblemático inmueble.
La única sede de Fundación de Astroc que se salvará de la quema será el edificio de Valencia, ya que el empresario quiere mantener su propiedad por los lazos de unión.
Uso de oficinas
Por el momento, sólo ha vendido el palacete de Marquíés de Salamanca y 17 plazas de garajes situados en un edificio colindante, pero que tienen acceso al inmueble principal. La idea de los 'Albertos' es utilizar este activo para uso de oficinas y se baraja la posibilidad de arrendarlo a otros inquilinos, explicaron a este diario fuentes cercanas a los empresarios.
Estas operaciones se enmarcan en la estrategia del promotor valenciano de poner punto y final a la Fundación Astroc, que dejó de desarrollar su actividad desde el pasado mes de abril. Con este paso, Bañuelos estaría más cerca de cerrar la Era Astroc, ya que la Fundación estaba muy ligada a la inmobiliaria, de la que espera salir como accionista. Lo lógico es que utilice el dinero que recoja de estas ventas para invertir en los nuevos proyectos que tiene al otro lado del Atlántico (Nueva York, Brasil o Míéxico).
