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Autor Tema: Choque cultural complica expansión china en Brasil...  (Leído 304 veces)

OCIN

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Choque cultural complica expansión china en Brasil...
« en: Mayo 29, 2011, 06:57:44 am »
Por...   BRADLEY BROOKS
 
SAO PAULO -- Mientras llenaba los estantes de una tienda de comestibles chinos, Thiago dijo que no querí­a que lo sorprendiesen hablando durante horas laborales. Acto seguido, despotricó contra los dueños del almacíén, que estaban a una distancia desde la cual no podí­an oí­rlo.
 
"Nunca oyeron hablar de un dí­a de descanso", se quejó el joven de 20 años, quien habló a condición de que se usase únicamente su nombre de pila por temor a perder el trabajo. "¿Vacaciones? Jamás. Pagan bien y te pagan las horas extras, pero no entienden que hay algunas cosas que para los brasileños son más importantes que el dinero".
 
"Vi mucha gente que viene, ve como son las cosas con los chinos, y dejan de trabajar el mismo dí­a", agregó.

Las tensiones culturales son uno de los peores obstáculos con que tropiezan las crecientes relaciones comerciales entre China y Brasil, dos de las economí­as que más rápidamente crecen en el mundo.
 
Las inversiones de empresas chinas en Brasil llegaron a los 17.000 millones de dólares el año pasado, 60 veces lo que se invirtió el año previo, según SOBEET, un centro de estudios económicos brasileño. Paralelamente, las empresas chinas instaladas aquí­ contratan cada vez más brasileños, renunciando a la costumbre de traer empleados de China.
 
Como resultado, hay un frecuente contacto entre dos culturas con expectativas muy distintas en torno al papel de los trabajadores, las regulaciones gubernamentales y los sindicatos.
 
Los brasileños tienen muchas protecciones laborales, incluidos un aguinaldo anual equivalente a un mes de paga y cupones para alimentos y transporte.
 
China, por su parte, es hoy la segunda economí­a más grande del mundo gracias en parte a que se pagan sueldos bajos y prácticamente no hay leyes que protejan a los trabajadores, de acuerdo con la organización estadounidense sin fines de lucro Global Institute for Labor & Human Rights.
 
El poderoso movimiento sindical independiente brasileño contrasta con el sistema centralizado chino, donde los trabajadores no negocian convenios colectivos.
 
"Es un modelo totalmente distinto de cómo opera una sociedad", expresó Charles Kernaghan, director del instituto. "No hay derecho a organizarse y casi no hay protecciones laborales".
 
Las empresas chinas están tratando de imponer ese modelo en el exterior y les está costando trabajo, al menos en Brasil.
 
Un sondeo efectuado ha poco entre 500 ejecutivos brasileños que trabajan para empresas de China, Estados Unidos, Canadá y Europa por la empresa reclutadora Michael Page International para el diario Folha de Sao Paulo, descubrió que 42% de los ejecutivos brasileños que trabajan para compañí­as chinas cambia de trabajo en un año, lo que representa una tasa de rotación que es un 68% más alta que la de las otras empresas consideradas.
 
Los brasileños se quejan de que los chinos no entienden su cultura y su tendencia a desarrollar relaciones personales con los compañeros de trabajo. Tampoco les gustan las estructuras centralizadas, que dejan poco espacio a los ejecutivos locales.
 
"La incomprensión de nuestra cultura va a frustrar el desarrollo de las empresas chinas en Brasil", pronosticó Marcelo de Lucca, director de las operaciones de Michael Page en Brasil. "Cuando llegan a Brasil o cualquier otro paí­s, las empresas multinacionales deben adaptarse a la cultura local. Pero los chinos son una nación con antiguas tradiciones, gobernado por un Partido Comunista muy fuerte en el que se presta mucha atención a los niveles jerárquicos. Les va a tomar más tiempo".

La firma contable internacional KPMG, que ayuda a las empresas chinas a iniciar operaciones en Brasil, dice que en la actualidad hay unas 30 compañí­as estatales chinas con ingresos de más de 1.000 millones de dólares operando en el paí­s, tres veces las que habí­a hací­a cinco años.
 
El comercio bilateral entre China y Brasil rebasó los 56.000 millones de dólares el año pasado. Hace una díécada era de apenas 2.300 millones de dólares. En el 2009 China desplazó a Estados Unidos como el principal socio comercial de Brasil.
 
Las empresas chinas tienen una presencia cada vez más grande no sólo en Brasil, sino en buena parte de Latinoamíérica. Zhang Jianhua, director de la sucursal del Banco de China en Sao Paulo, dice que a los chinos les atrae el mineral de hierro, la soja, el petróleo y otras riquezas naturales de Brasil, y que muchas empresas están descubriendo que les resulta más rentable instalar sus operaciones cerca del sitio donde se encuentran estos recursos. Tambiíén creen que la creciente clase media brasileña es un mercado prometedor.
 
Un ex ejecutivo de la firma china de computadoras Lenovo dijo que la mayorí­a de los empleados de la sucursal local se sentí­an frustrados con el requisito de generar resultados inmediatos en un paí­s con muchos obstáculos burocráticos. Gestiones como conseguir una lí­nea telefónica o alquilar un departamento pueden requerir numerosas visitas a un notario y abundante papeleo.
 
A los brasileños tampoco les gusta el estilo sofocante de los directivos chinos, según una ejecutiva que no quiso dar su nombre por temor a comprometer el trabajo de otros brasileños de Lenovo.
 
"No me refiero a la cantidad de trabajo. Despuíés de todo, todos estamos encadenados a nuestro Blackberry, trabajando las 24 horas del dí­a, los siete dí­as de la semana", manifestó. "Pero querí­an que uno estuviese todo el tiempo en la oficina, para poder controlarte".
 
"Los negocios no se hacen así­ en Brasil. Se hacen durante una cena, un almuerzo o tomando tragos. No puedes tener al personal encerrado en una oficina todo el dí­a y esperar que logren progresos".
 
La ejecutiva dijo tambiíén que los chinos generan un mal ambiente haciíéndole llamados de atención a los directores de proyectos delante de todos.
 
"Creyeron que los trabajadores rendirí­an más si las órdenes vení­an del gran jefe, pero eso no funciona así­ en Brasil, es todo lo contrario", manifestó. "Pierden la motivación porque a su jefe inmediato no lo respetan. Eso sucedió muchas veces".
 
Lenovo no devolvió llamadas en busca de comentarios.
 
Los asiáticos, por su parte, ponen en entredicho la íética laboral de los brasileños.
 
Charles Tang, quien fundó la cámara de comercio e industria brasileña-china hace 25 años, recuerda las dificultades que encontró cuando el Banco de Boston lo envió a Brasil a mediados de la díécada de 1970. Una de las cosas que más le molestaba era la falta de puntualidad de los brasileños.
 
"Me di la cabeza contra la pared un año hasta que empecíé a comprender la cultura brasileña", relató.
 
Tang dijo que finalmente entendió la forma de ser de los brasileños y empezó a tomarse las cosas con calma, a sabiendas de que nadie llegarí­a a tiempo a una reunión, pero consciente de que eso no implicaba falta de profesionalismo necesariamente. Entendió que la diferencia de estilo no afectaba los resultados.
 
De hecho, informes de la firma estadounidense The Conference Board indican que los trabajadores brasileños fueron un 30% más productivos que los chinos el año pasado. La productividad de los chinos, no obstante, creció a un ritmo dos veces más rápido que la de los brasileños.
 
En el pasado, los chinos resolví­an todos estos problemas importando trabajadores, algo que las autoridades brasileñas no toleran, según Antonio Barros de Castro, ex presidente del banco de desarrollo estatal de Brasil y conocedor de la economí­a china.
 
"Saben que tienen que emplear mayormente trabajadores brasileños. El gobierno ha dejado eso bien en claro", dijo Barros.
 
Pese a los esfuerzos de las dos naciones por mejorar las relaciones laborales, la desconfianza seguí­a presente durante una reciente visita al barrio de Liberdade, en el centro de Sao Paulo.
 
Celio Lin, de 29 años, estaba sentado cerca de la caja del restaurante chino de su familia, quejándose de los empleados brasileños, mientras su madre vigilaba a los cocineros.
 
"Los brasileños piden vacaciones para no síé quíé, piden dí­as libres para no se quíé... Quieren ir a la playa, relajarse", dijo Lin. "La playa es muy agradable, pero si tu mandas a un chino a una playa, va a tratar de vender algo".




•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...