El tercer miíércoles de cada mes, los nueve miembros de una sociedad formada por una minoría selecta de Wall street se reúnen en el centro de Manahattan. Estos hombres comparten una meta común: proteger los intereses de los grandes bancos en el gran mercado de derivados, uno de los campos financieros más lucrativos – y controvertidos. Ellos tambiíén comparten un secreto en común: Los detalles de sus reuniones, e incluso su identidad, se han mantenido estrictamente confidencial. Procedentes de gigantes financieros como JPMorgan Chase, Goldman Sachs y Morgan Stanley, los banqueros forman un poderoso comitíé que ayuda a supervisar el comercio de derivados, instrumentos que, como los seguros, se utilizan para protegerse del riesgo.
En teoría, este grupo existe para salvaguardar la integridad del multibillonario mercado de dólares. En la práctica, tambiíén defiende el predominio de los grandes bancos.
Los bancos de este grupo, afiliado con una nueva cámara de compensación de derivados, han luchado para impedir el acceso de otros bancos al mercado, y tambiíén están tratando de evitar que se pueda acceder y disponer libremente libremente de toda la información sobre precios y tarifas.
La influencia de los bancos sobre este mercado y las cámaras de compensación como la que este selecto grupo aconseja, tiene implicaciones que resultan caras para los grandes y los pequeños negocios, como la compañía de petroleo para calefacción de Dan Singer, en Nueva York.
Este otoño, muchos clientes de sus clientes contrataron planes con tarifas fijas para asegurar sus necesidades de petroleo para el invierno a un precio aproximado de 3 Dólares el galón. Un precio superior a los 2,80 Dólares de entonces, pero estos contratos protegen a los propietarios en caso de que un invierno frío haga subir los precios. Sin embargo, El señor Singer se pregunta si su compañía, Robinson Oil, podría conseguir una mejor oferta. í‰l utiliza los derivados como intercambio y opciones para crear planes fijos, pero no puede saber hasta donde podrían bajar sus precios y los de sus clientes, porque los bancos no facilitan las tarifas asociadas con los derivados. Según el señor Singer, ¨al final no se si he conseguido un precio razonable o que me están cobrandoâ€.
Los derivados trasladan el riesgo de una parte a otra y ofrecen muchos beneficios, como permitirle al señor Singer vender sus planes fijos sin necesidad de correr el riesgo de una subida brusca de los precios del petroleo.
Los derivados son tambiíén un gran negocio en Wall Street; los bancos recogen muchos miles de millones de dólares anualmente en honorarios no declarados asociados con estos instrumentos – una cantidad que sería menor si hubiera más competitividad y transparencia en los precios.
No se sabe bien cuanto les cuesta a los ciudadanos americanos las transacciones de derivados.El tamaño y alcance de este mercado ha crecido rápidamente en las últimas dos díécadas. Los fondos de pensiones utilizan actualmente los derivados para proteger sus inversiones. Las ciudades y los estados los usan para tratar de reducir los costes de financiación. Las aerolíneas los utilizan para garantizar precios estables de carburantes. Las empresas de alimentación los usan para fijar los precios de materias primas como el trigo.
Según Gary Gensler, director de la Commodity Futures Trading Commission (Comisión que regula el comercio de futuros de materias primas y la mayoría de los derivados), todos los americanos deben pagar precios más altos debido al funcionamiento actual del mercado. Y se necesita una mayor vigilancia del mercado por parte de los bancos. Pero los grandes bancos influyen en las reglas que gobiernan los derivados a travíés de varios grupos industriales. Donde los banqueros han ejercido su influencia más recientemente es en las cámaras de compensación, como ICE Trust, que organiza las reuniones mensuales con los nueve banqueros en Nueva York.
http://estrategumtrading.com/2010/12/20/una-elite-financiera-secreta-controla-las-transacciones-de-derivados/