Las alegrías alcistas de abril, que llevaron al Ibex 35 a terminar el mes en 10.878 puntos, se vieron truncadas desde la primera jornada de mayo.
Los índices bursátiles norteamericanos dieron por agotado el tramo alcista que se había prolongado durante mes y medio y, como un sOlo hombre, todos los índices del Viejo Continente pusieron en marcha una fase correctora. Ha sido un mes muy duro para la renta variable. El día 23 el Ibex marcaba un mínimo de jornada en 10.030,60 puntos, con una píérdida del 7,79%. A trancas y barrancas reaccionó al alza y terminó el mes en 10.476 puntos, reduciendo la píérdida mensual a un 3,7%.
Al perder la cota de los 10.100 puntos se abrió a los pies del Ibex un abismo. Afortunadamente se recuperó está cota, pero el primer intento de alejarse de ella se agotó en los 10.500 puntos y han vuelto los retrocesos, con los que nos deja con el alma en vilo.
Asi será el mes de junio
Los gráficos del Dow Jones y del S&P 500 que mostramos en el pie de página dejan poco lugar al optimismo. Las directrices bajistas de ambos están confirmadas y el S&P se ha llevado por delante un nivel de soporte importante. No están en mejor situación las bolsas de París y Fráncfort.
La primera ha perdido una directriz alcista que viene funcionando desde julio de 2010; la segunda, está a sólo 103 puntos de un soporte situado en 7.000, y cuya píérdida dejaría la puerta abierta a una caída seria.
La situación, potencialmente peligrosa, podría cambiar de forma radical si el S&P 500 regresa a los 1.300 puntos y recupera la mitad de lo perdido desde el uno de junio. De no ser así, habrá alguna reacción alcista intermedia, que terminará en nuevos retrocesos.