Ya es oficial y los datos así lo confirman: la actual crisis de la vivienda que sufre Estados Unidos es incluso peor a la que se experimentó durante la Gran Depresión. Desde máximos, los precios en el sector inmobiliario han caído un 33%, un retroceso superior (31%) al que se registró a finales de los años 20 del siglo pasado y culminó en la díécada de los 30, según el índice Case-Schiller que recoge la CNBC.
"La fuerte caída de los precios de la vivienda en el primer trimestre confirma que la crisis inmobiliaria actual es peor y se ha extendido más rápido que la que se experimentó durante la Gran Depresión", asegura Paul Dales, economista de Capital Economics en Toronto.
De acuerdo con Case-Schiller, los precios registraron un retroceso del 1,9% entre enero y marzo de 2011, lo que lleva a muchos a hablar de una doble recesión en el sector. Lo más preocupante es que Dales piensa que el descenso aún no ha concluido.
Tampoco se muestra muy optimista el co-fundador del índice del precio de la vivienda Standard & Poor's/Case Shiller, Robert Schiller. Piensa que los precios todavía tienen un gran recorrido a la baja y asegura que una caída adicional entre el 10 y el 25% "no le sorprendería en absoluto".
De hecho, en una entrevista concedida hace unos días a Fox Business, daba explicaciones sobre la debacle que vive el sector. Preguntado sobre si el coste de las casas podría caer durante los próximos 20 años como sucedió en Japón, el economista respondió afirmativamente.
"El único consuelo es que los últimos datos mensuales muestran que hacia el final del primer trimestre los precios han empezado a caer a un ritmo más modesto", señala Dales a la CNBC.
Tras el estallido de la crisis de las hipotecas subprime, en la que una enorme cantidad de ciudadanos perdió su hogar al no poder pagar sus príéstamos, los bancos cambiaron los criterios de financiación.
Ahora, cuatro de cada cinco hipotecas exigen un pago inicial del 20%, al tiempo que las entidades han endurecido sus exigencias para conceder príéstamos.
Robert Schiller piensa que el precio de la vivienda en EEUU seguirá a la baja durante mucho tiempo, algo que será negativo "para aquellos que posean una casa como una mera y pura inversión". Aaún así, esta tendencia será buena "para la próxima generación ya que garantizará que la vivienda sea asequible".