Hugh Jackman interpreta a un hombre del presente que realizará dos viajes, uno al pasado en 1500, otro al futuro al año 2500. Desde la España del siglo XVI (la España de los Reyes Católicos se nos presenta sin ningún rigor histórico) hasta el profundo espacio del futuro siglo XXVI, el híéroe de este film intentará encontrar el árbol de la vida, la entidad legendaria que otorga la vida eterna a aquellos que beben su savia, para intentar salvar la vida de su esposa, Rachel Weisz, enferma de cáncer.
Se trata de una película extraña y difícil no apta para cualquier público.
Tíécnicamente es magnifica, una excelente labor de su director de fotografía, buena puesta en escena de Aronofsky y una magistral y preciosa Banda Sonora de Clint Mansell, que de verdad no tiene desperdicio alguno.
El resultado final es muy irregular, la película intenta trascender y no puede con todo lo que intenta abarcar (que es, francamente, demasiado). En esta ocasión el director, Darren Aronofsky, no le ha salido la jugada bien pero se agradece que se intenten hacer cosas distintas, porque como un dia de con la mezcla correcta, ese día veremos las estrellas.
Aunque no me ha convencido, tengo que reconocer que ha ratos me ha emocionado, pero hacia el final la cosa se va de madre.
Con todo, la recomiendo.
P.D. - pero que grande es 2001...