SINOPSIS: Cuando el escritor Rudyard Kipling (Christopher Plummer) se encuentra trabajando en su estudio, se ve interrumpido bruscamente por un hombre con aspecto de loco, con las ropas destrozadas. El inesperado visitante, que se identifica como un viejo conocido suyo, Peachy Carnahan (Michael Kane), le cuenta a un fascinado Kipling las increíbles aventuras que íél y su compañero de correrías, Daniel Dravot (Sean Conery), han vivido en los últimos meses: Hallándose de servicio en la India, Carnahan y Dravot, dos militares británicos que buscan cualquier modo de hacerse ricos, planean viajar a la desconocida tierra de Kafiristán. Antes de partir firman un contrato ante Kipling, prometiendo ser reyes de tan remoto lugar. Una vez allí, adiestran a las tribus en el arte de la guerra, consiguiendo un enorme ejíército. Aprovechando un hecho casual, Daniel se hace pasar por el hijo de Alejandro Magno, con el fin de robar todas las riquezas de la ciudad. Pero Daniel comienza a creerse sus propias mentiras, y pretende quedarse para siempre como rey. Esa obsesión resultará desastrosa para íél y para su amigo Peachy, cuando el falso rey es descubierto por su flamante espoxa, Roxana.
Los actores están todos perefectos, destacando a los dos inmensos protagonistas. Tiene una buena música, excelente montaje y ritmo, que no da lugar para el aburrimiento. Como película de aventuras es perfecta. La dirección es ágil y vistosa. Tiene acción, emoción, todos los elementos del gíénero, y situaciones graciosísimas entre los protagonistas que hacen que te sientas identificado. La historia, sencilla en un principio, va in crescendo en emoción hasta un final perfecto.
Una película que se puede ver una y mil veces. Basada en un relato del Nobel de literatura Rudyard Kipling.
Una enorme película que tiene el privilegio de estar entre mis favoritas.