Por... RAY HENRY y KATE BRUMBACK
Son las 3:25 de la tarde bajo un sol abrasador en un campo de pepinos en el sur de Georgia. Un grupo de hombres que han sido dejados bajo libertad condicional y que han estado siete horas cosechando decide irse a casa.
Eso fue exactamente lo que el jefe de cuadrilla, Benito Míéndez, había vaticinado.
A menos que los pepinos sean cosechados pronto, quedarán estropeados y no se podrán vender. El grupo de campesinos mexicanos y guatemaltecos se quedará trabajando hasta las 6 de la tarde, quizás más. Pero no los del programa estatal de libertad condicional, que han sido contratados para reemplazar a los inmigrantes hispanos que, según los agricultores locales, han sido ahuyentados por las duras leyes de inmigración.
``Estoy muy cansado, hace demasiado calor'', se quejó Tavares Jones, de 33 años, quien caminaba por un sendero rústico para buscar alguien que le lleve a casa. Le prometió a Míéndez que regresaría la mañana siguiente. ``íQuíé difícil este trabajo!'', exclamó.
Míéndez le rogó que se quedara. ``Te necesito hoy, mañana ya será muy tarde para recoger estos pepinos''.
El programa de poner a trabajar a los beneficiados con libertad condicional fue iniciado por el gobernador Nathan Deal, un republicano, luego que varios agricultores locales se quejaron de que les escaseaba la mano de obra porque los latinos ya no venían. Algunos de los campesinos le dijeron a Míéndez que no irían más a Georgia por temor a ser deportados.
En una encuesta informal, un grupo de agricultores dijo que había 11,000 puestos de trabajo vacantes en el área de la agricultura, aunque no queda claro cómo se compara eso con años anteriores o si la falta se debe a las nuevas normas de inmigración.
Durante más de una semana, los comisionados estatales alentaron a los beneficiados a que acepten trabajar en el campo. Aunque los que están en libertad condicional por ley deben estar empleados, en realidad es muy difícil para este grupo conseguir empleo.
La tasa de desocupación en Georgia es del 10%, pero entre los 103,000 beneficiados con libertad condicional, es de 15%.
Aun así, todos tienen el derecho de rechazar trabajos que consideran inaceptables, y el trabajo es arduo en el campo.