La mala prensa que España parece tener en los mercados internacionales no se refleja en la tenencia de acciones. Los inversores extranjeros, lejos de reducir su peso, son el grupo con mayor cartera de títulos españoles, con un 39,2% de su valor, seguidos de las empresas, con un 26,1%, y las familias, que elevan su presencia al 22,2%.
Pese al castigo que ha supuesto la marca España en los últimos tiempos de cara al mercado, lo cierto es que las empresas cotizadas del país siguen captando gran atención, y capital, más allá de sus fronteras. De hecho, el de los inversores extranjeros es el grupo con mayor cartera de títulos españoles, superando a empresas, familias y bancos. Los accionistas foráneos eran propietarios del 39,2% del valor total de las compañías españolas presentes en el parquíé a cierre de 2010.
Este porcentaje disminuyó levemente durante el ejercicio pasado. A cierre de 2009, el tamaño de la cartera de los inversores extranjeros llegó a representar el 40,1% del valor total de las acciones. Sin embargo, tal como resalta el informe de Bolsas y Mercados Españoles (BME) publicado ayer, se trata de las dos cifras más altas desde 1992, cuando comenzó la serie.
Desde aquel año, recoge el estudio, "la participación de los inversores extranjeros siempre se ha mantenido por encima del 30%, reflejo de dos díécadas de un intenso proceso de integración de la economía española en el ámbito internacional". El especial peso que han adquirido en los últimos años, expone BME, "es en buena medida consecuencia de la toma de control de empresas españolas importantes en tíérminos de capitalización por parte de compañías extranjeras, tal como ha sido el caso de la elíéctrica Endesa".
El segundo gran grupo de tenedores de títulos españoles cotizados lo conforman las empresas no financieras, que cuentan con un 26,1% del valor de los mismos.
Una de las tendencias más llamativas, no obstante, la han protagonizado las familias, tercer actor del ranking por volumen de tenencia. La inversión en la Bolsa española que llevan a cabo las economías domíésticas ha pasado de representar el 20,1% del valor de las acciones a finales de 2007, al 22,2%, al cierre de 2010. La variación indica que buena parte del ahorro de las familias, que ha crecido exponencialmente desde el inicio de la crisis, está invertido en el parquíé.
Tomando como referencia el recorrido del Ibex 35, quienes comenzaran a invertir al cierre de 2007 habría perdido un 35% de su inversión, mientras que quien lo hiciera a finales de 2008 habría ganado un 9,48%.
El sector financiero reduce su peso
En apenas tres años, el capital invertido por el sector financiero en las empresas cotizadas españolas ha descendido a la mitad. Si al cierre de 2007, bancos y cajas poseían un 9,4% del valor total de los títulos del parquíé, este porcentaje ha disminuido hasta el 4,6% a finales de 2010. Ni un tercio de lo que abultaba su cartera a mediados de los años 90, cuando superaba el 15%. Esta tendencia, expone en su informe BME, "revela las fuertes desinversiones netas realizadas por las instituciones financieras españolas para hacer frente al complejo entorno financiero que ha dejado la crisis". En cuanto a la participación que tienen los productos de inversión colectiva (como fondos o Sicav) en acciones españolas, esta supone el 5,6% del total, frente al 7,2% de 2006. Las aseguradoras tienen un 2%, y el Estado, un 0,3%.