El gobierno perderá unos 200 millones de dólares a la semana en impuestos a boletos de avión y proyectos de construcción de aeropuertos con valor de 2.500 millones se detendrán en caso de que la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglíés) se vea forzada a cerrar, dijo Ray LaHood, secretario de Transporte de Estados Unidos.
Un cierre parcial se ve cada vez más probable debido a que el Congreso no ha sido capaz de llegar a un acuerdo en una iniciativa de ley que extienda la autoridad operativa de la FAA, la cual expira a la medianoche del viernes.
El principal obstáculo es una cláusula propuesta por los republicanos de la Cámara de Representantes y la industria de la aviación que pondría más trabas para que los trabajadores de aerolíneas y ferrocarriles puedan formar un sindicato. La cláusula se agregó a principios de año a una propuesta de ley para financiar en el largo plazo a la FAA, pero las negociaciones en esa propuesta están detenidas. Sin una legislación para el largo plazo, una propuesta de ley para la extensión de autoridad es necesaria para mantener al organismo en operación.
Si la autoridad de la FAA expirara, las aerolíneas no tendrían derecho a cobrar un impuesto federal en sus boletos. Alrededor de 4.000 trabajadores de la FAA cuyos empleos son financiados por el ingreso de impuestos a los boletos tambiíén quedarían fuera, dijo LaHood a reporteros en una conferencia de prensa.
Sin embargo, los controladores de tráfico aíéreo seguirían trabajando y se mantendría la seguridad. En total, la FAA tiene más de 47.000 empleados. ``Esta no es la mejor manera de administrar el mejor sistema de aviación del planeta'', dijo LaHood. ``El Congreso necesita hacer su trabajo'', sentenció.