Por... Oliver Renick
La próxima generación de cíélulas solares podría imprimirse en papel común.
Ingenieros del Massachusetts Institute of Technology han creado cíélulas de papel ultradelgadas que pueden alimentar un reloj LCD y adherirse a un maletín, sujetarse a un sombrero o plegarse en un bolsillo. La investigación supone un primer paso hacia una fuente más barata y liviana de energía renovable que en el transcurso de dos años podría utilizarse para todo, desde cargar un iPad hasta calentar la ropa, dijeron los investigadores.
“En lugar de confinar la energía solar a los techos o las granjas solares, las cíélulas fotovoltaicas en papel pueden usarse virtualmente en cualquier parte, lo que da a la energía una presencia constanteâ€, dijo Karen Gleason, decana adjunta de investigación en ingeniería del MIT en Cambridge, Massachusetts, y directora del equipo que produjo las cíélulas.
Las cíélulas en papel tendrían la posibilidad de crear un nuevo mercado sobre la base de la popularidad de aparatos electrónicos de bajo consumo que en la actualidad funcionan en su mayor parte con baterías, como el iPad de Apple Inc. y los telíéfonos móviles, dijo Jeffrey Bencik, director de investigación de Kaufman Bros. LP, una firma de inversión de Nueva York. Ese nuevo mercado puede crecer a US$470 millones para 2020, según un informe de abril de Lux Research, una firma asesora que tiene sede en Boston.
“No compite con los paneles solares tradicionalesâ€, dijo Bencik en entrevista telefónica.
Nueva tíécnica
Ingenieros del MIT describieron la investigación, que financió Eni SpA, la mayor compañía petrolera de Italia, en un trabajo que apareció el 8 de julio en la publicación Advanced Materials.
Entre los competidores que se apresuran a desarrollar otras cíélulas flexibles de bajo costo se encuentran Solarmer Energy Inc., de El Monte, California; y Konarka Technologies Inc., que tiene sede en Lowell, Massachusetts. Ambas compañías producen cíélulas fotovoltaicas orgánicas, pero aún les falta encontrar la combinación de eficiencia y capacidad de producción que permita un uso comercial a gran escala, dijo Jason Eckstein, un investigador de Lux. Las cíélulas de Konarka se aplican sobre plástico, un material más caro que el papel.
En la actualidad, casi todas las cíélulas solares son de silicio. Generan energía al convertir en corriente la energía de la luz, un proceso llamado efecto fotovoltaico.
Las cíélulas ultradelgadas del MIT se crean mediante una nueva tíécnica que evita afectar las elevadas temperaturas y los líquidos corrosivos de los míétodos tradicionales, dijo Gleason en entrevista telefónica.
Mil veces más barato
“Nada de lo que usamos es caroâ€, dijo Gleason. El sustrato de papel es 1.000 veces más barato que el vidrio, “que aumenta casi un 40 por ciento el costo del módulo clásicoâ€.
Debido al bajo costo y la adaptabilidad de los materiales, Umberto Vergine, vicepresidente de investigación de Eni, que tiene sede en Roma, contempla una amplia serie de mercados.
“La flexibilidad de las cíélulas y la versatilidad de tamaños y formas pueden proporcionar soluciones para muchos productos de exteriores, tales como equipamiento para la navegación, tiendas, pantallas solares y hasta ropaâ€, dijo Vergine en un correo electrónico. “El espectro es muy amplio. Los equipos de Eni y el MIT ahora trabajan para elegir la opción adecuada para llegar al mercadoâ€.
El proyecto tambiíén responde a una necesidad de las compañías de energía, como Eni, a las que los gobiernos presionan cada vez más para que busquen alternativas de energía verde, dijo Richard Griffith, un analista de petróleo y gas de Evolution Securities LTD, que tiene sede en Londres.