La banca francesa se juega casi medio billón en Italia, España, Grecia y Portugal
por J. Romera / í. Semprún / F. Tadeo en El Economista
La banca francesa está en el ojo del huracán. Las grandes entidades galas, golpeadas ayer por una fuerte volatilidad en los mercados, con grandes subidas y bajadas a lo largo de toda la jornada, se están jugando 445.057 millones de euros en activos y deuda de los países más castigados por la crisis, según los últimos datos del BIS (Banco Europeo de Pagos).
Son 284.706 millones de euros en Italia, 103.070 millones en España, 37.198 millones en Grecia y 20.073 millones en Portugal.
Y eso por no hablar de los 118.262 millones que las cuatro grandes entidades francesas -BNP Paribas, Críédit Agricole, Sociíétíé Gíéníérale y BPCE- tienen además en deuda soberana gala. Envuelta en una tormenta de rumores sobre una posible rebaja de la nota a su solvencia financiera, Francia está arriesgando en los denominados países perifíéricos un 52 por ciento más que Alemania, que aún así tiene comprometidos tambiíén 293.551 millones de euros.
En estos momentos, y a pesar de que su prima de riesgo se ha frenado gracias a la intervención del Banco Central Europeo (BCE), el mayor riesgo para el Gobierno de París está en Italia. Una posible caída de la economía transalpina arrastraría hacia el precipicio a la quinta economía del mundo.
Si Silvio Berlusconi no logra acometer, tal y como prometió el pasado viernes, el programa de reformas puesto en marcha de forma urgente para lograr el equilibrio fiscal en 2013 y seguir recibiendo así el apoyo del BCE, el presidente francíés, Nicolás Sar- kozy, puede tener más de un quebradero de cabeza en los próximos meses. Según el BIS, la banca gala tiene en juego activos y deuda en Italia por un importe total tres veces más que Alemania, que con 116.034 millones es el segundo del ranking en grado de exposición.
Atrapados con la deuda
Prueba de la gravedad de la situación, al margen de la reacción de los mercados, es que Sarkozy se ha convertido en el mandatario europeo con el que Berlusconi está teniendo mayor contacto en los últimos días, casi de forma permanente.
Al margen de los activos, según los últimos datos que se desprenden de los test de estríés elaborados el pasado mes de julio, las entidades galas son tambiíén, al margen de las italianas, la que tienen un mayor riesgo en deuda soberana. Al cierre del pasado ejercicio, acumulaban 48.944 millones de euros. Es un 33 por ciento más respecto a las once entidades alemanas que pasaron estos test, y cuyo grado de exposición se eleva a 36.829 millones. Teniendo en cuenta que hay bancos, más pequeños, que no han pasado estos test y que se desconoce por lo tanto su grado real de exposición, lo cierto es que la gran banca francesa y alemana se está jugando casi 90.000 millones de euros en Italia.
Entre los grandes bancos franceses, el más expuesto con diferencia a Roma es el BNP Paribas, con 27.988 millones de euros; seguido de Críédit Agricole con 10.754 millones, el Grupo BPCE (Banque Popularie du Commerce Extíérieur), con 5.447 millones; y, por último, Sociíétíé Gíéníérale, con 4.755 millones de euros.
El Parlamento italiano estará trabajando a pleno rendimiento durante todo el mes de agosto para llevar a cabo de forma urgente una reforma laboral, liberalizar al máximo los mercados y fijar por ley un techo a la deuda, introduciendo en la Constitución "una regla de oro" que exija el equilibrio de las cuentas públicas, pero la herida en la banca francesa está abierta y parece difícil de taponar.
La gran tormenta
El problema para Sarkozy es que la tormenta es demasiado grande y los nubarrones se extienden no sólo por Italia, sino por todo el sur de Europa. Al margen de Roma, el segundo foco de la borrasca para los franceses está en España.
Los cuatro grandes bancos galos tienen deuda por 14.631 millones, pero en conjunto, su exposición es siete veces mayor. Con BNP Paribas y Sociíétíé Gíéníérale a la cabeza -tienen cerca de 5.000 millones de euros cada uno- el mercado español, como el italiano, puede acabar causando un agujero demasiado grande en sus cuentas.
El gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, insistía ayer en explicar que "la evolución reciente de los mercados bursátiles no afecta a la solidez financiera de los bancos franceses y a la capacidad de resistencia de la que han dado prueba desde el inicio de la crisis".
Pero el sentimiento creciente de desconfianza sobre Francia, instalado desde el pasado miíércoles en los mercados con virulentos ataques contra las grandes entidades y rumores sobre la píérdida de la nota AAA, crece ante el estancamiento de su economía y su exposición a los países perifíéricos.
"Nos enfrentamos a una crisis económica que hace que los bancos que han prestado a los Estados corran el riesgo del impago", aseguró el secretario general de la Asociación Francesa de Usuarios de Banca (AFUB), Serge Maitre.
Y ya no se trata sólo de los perifíéricos. Si Francia acabara teniendo problemas de pago, el varapalo para su banca sería de proporciones gigantescas. BPCE tiene reflejados en sus cuentas 46.073 millones, Críédit Agricole 32.176 millones, BNP Paribas 20.741 millones y Sociíétíé Gíéníérale 19.272 millo- nes de euros.
En el actual clima de nerviosismo en los mercados, el más mínimo rumor es suficiente así para prender la mecha. "Con respecto a Sociíétíé Gíéníérale, no llego a comprender que se haya podido pensar, ni siquiera durante 30 segundos, que el banco, vistos sus resultados y su balance, pueda estar en dificultades", explicó Fríédíéric Rozier, agente de la sociedad Meeschaert. Sin embargo, la entidad llegó a perder el miíércoles el 20 por ciento de su valor en bolsa como consecuencia del rumor de que estaba el borde de la quiebra.
Cumbre franco-alemana
Al igual que el resto del mercado, los valores bancarios, que arrastran a sus homólogos en toda Europa, remontaron ayer, tras el anuncio de una cumbre franco-alemana para el 16 de agosto. Pero más allá de los bancos, es toda la economía francesa la que suscita dudas e inquietudes para el conjunto de la zona euro, de la que es la segunda potencia. Todas las miradas están puestas hoy en el Instituto de Estadísticas INSEE, que publicará por la mañana las primeras cifras de crecimiento del segundo trimestre.
Tras un buen primer trimestre, en el que el PIB progresó un 0,9 por ciento, los expertos esperan ahora un frenazo de la economía. El crecimiento podría quedarse en el 0,2 por ciento y la llama de las dudas se avivaría. Habrá que esperar hoy a la respuesta de los mercados, impresible dado los acontecimientos de los últimos días, pese a la subida de ayer. Los interrogantes están más abiertos que nunca.