La fiesta del gasto público sigue en España mientras Europa se aprieta el cinturón
La fiesta del gasto público no ha terminado en España, a pesar del acoso de los mercados, que sí que están obligando a apretarse el cinturón a marchas forzadas al sector privado.
En plena recaída de la actividad, que ha generado grandes dudas en los mercados por el temor a que el planeta vuelva a entrar en recesión, los políticos siguen sin realizar una reforma en profundidad de la Administración en España. Italia, Portugal y Grecia sí que han aprobado modificaciones sustenciales de sus políticas de gasto.
Hay comparaciones que muestran a las claras cómo se gasta en España el dinero de los contribuyentes. Si los empleados públicos de Estado, comunidades y ayuntamientos sufrieron el año pasado un recorte salarial del 5% en sus nóminas, los concejales y los alcaldes siguieron aumentando significativamente sus sueldos en 2010, con los últimos datos de Hacienda encima de la mesa. í‰sta suele informar con muchos meses de retraso de cuál es la evolución de los pagos y de los ingresos del conjunto de los municipios españoles.
Además, mientras los ciudadanos sufrían en su propia piel el drama del desempleo (según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística sigue habiendo cerca de cinco millones de parados en el país a pesar de la temporada turística), las empresas públicas, las comunidades autónomas y los ayuntamientos decidieron contratar a miles de personas entre abril y junio, en contra de todo criterio de austeridad.