El Gobierno plantea subir impuestos al tabaco, los licores y los carburantes
porJ avier Romera y Marta Yoldi en El Economista
La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, está dispuesta a lanzar un órdago justo antes de las elecciones y tomar una medida impopular: subir los impuestos especiales que gravan al tabaco, a las bebidas alcohólicas y a los carburantes.
Aunque Salgado lo ha negado en todo momento, es una idea que tiene ya prácticamente tomada desde antes del verano -estuvo a punto de hacerlo en plena guerra de precios de las empresas tabacaleras- y que parece que ahora poco a poco se está perfilando.
Moncloa ha preferido mantener oculto este plan B, tal y como adelantó elEconomista el pasado 4 de agosto, por si la situación se complicaba en los mercados, tal y como de hecho ha ocurrido. La idea era mantener estas medidas en el cajón, por lo menos hasta la segunda quincena de agosto. Y todo indica que ese momento podría haber llegado ya.
Especialmente, despuíés de haber aprobado en el Consejo de Ministros de la semana pasada una modificación del Impuesto de Sociedades para obligar a las grandes empresas a adelantar 2.500 millones de euros.
Cuestión de tiempo
"La cuestión no es si subirán o no la carga fiscal aumentando los Impuestos Especiales, sino cuando lo harán", aseguraba ayer una de las compañías que sufrirá previsiblemente este incremento. Y es que tanto la industria de los cigarrillos, como la de las bebidas alcohólicas y las petroleras dan por hecho ya que este incremento impositivo se podría aprobar hoy mismo en el segundo Consejo de Ministros que se celebra con carácter extraordinario antes del verano.
Para los fabricantes de cigarrillos, la medida supondría poner fin a la guerra de precios abiertos. De hecho, las grandes compañías, como Philip Morris, llevan reclamando desde hace tiempo una subida de los impuestos mínimos para impedir que se puedan vender cajetillas a bajo precio, con lo que se estrecharía así el diferencial con sus marcas, especialmente con Marlboro.
Más complicado parece sin embargo el panorma para los productores de bebidas espirituosas (whisky, ron, ginebra, brandy, etc...). En este caso, una subida de los Impuestos Especiales plantearía un problema añadido a la constante caída de ventas que están sufriendo desde el inicio de la crisis: el fomento de marcas blancas a bajo precio e incluso importaciones ilegales, sin control de calidad, lo que va, según dicen, "en detrimento de la salubridad".
Febe, la patronal del sector, ha defendido en todo momento que un grado de alcohol es un grado independientemente del tipo de bebida y que por lo tanto todo el mundo debería pagar lo mismo, cuando, al contrario de lo que pasa con ellos, ahora la industria cervecera paga mucho menos y el vino no soporta impuestos especiales.
Medida inminente
Suban o no los impuestos especiales al tabaco y a las bebidas espirituosas, lo que parece inminente, aunque no existe un proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2012, es el incremento del impuesto sobre los hidrocarburos. En este caso, no queda más remedio porque una directiva sobre energía de la Unión Europea obliga a España a aumentar el tipo de este impuesto, que está ahora mismo por debajo de la media, antes del 1 de enero de 2012.
Aunque ante la urgencia de conseguir ingresos cualquier cosa es posible, mucho más complicada parece sin embargo una subida del IVA, que sería la segunda en esta legislatura, y que podría acabar por hundir el consumo, ya de por si bastante flojo. Se trataría de una medida aún más impopular que la del incremento de los impuestos especiales ya que afectaría a todo el mundo y podría perjudicar seriamente los intereses electorales del PSOE.