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Autor Tema: El Zorro y la Adivina de Madison Avenue  (Leído 2785 veces)

Zorro

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El Zorro y la Adivina de Madison Avenue
« en: Diciembre 04, 2007, 08:43:50 pm »
El Zorro y la Adivina de Madison Avenue                                                                                                                                     



Era domingo 14 de Agosto sobre las 11 horas , y el Zorro salí­a de su cubil neyorkino,  HOTEL INTERCONTINENTAL DE BARCLAY, de la calle 48, entre Lexington y Park Avenue.  Sabí­a que en el fin de semana tocaba ocio, y ni corto ni perezoso, se dirigió a la feria callejera que se celebraba en Madison Avenue. El “shoping” tambiíén era “business”,  ¡quíé caray!. Comenzó a curiosear, y a meter el hocico en casi todo. Se compró una cartera de bolsillo nueva por solo 4 dólares, y luego, otra por 5 :

- ¡Están tan baratas!, ¡y son estupendas!. Pensaba.

Habrí­a pasado 1 hora, y llegó a la altura del Radio City Music Hall, que anunciaba a Dolly Parton para el dí­a 18, y  a Loggins & Messina, para el 21. –
-   ¡Que pena!, pensó, con lo que me hubiera gustado ver a Kenny y a Jim. Otra vez será.
 
Unos pasos más adelante, le llamó la atención un puesto al otro extremo de la calle. Cruzó Madison –ni que decir tiene que mientras dura la feria está cortado el tráfico- y se quedó un instante mirando a una mujer de unos 28/30 años, rubia y sonriente. Una adivina que ofrecí­a sus servicios a los paseantes de la feria. El Zorro conectó con la sonrisa y la mirada de la adivina. Y decidió sentarse y preguntar. Pero apenas pudo. A los pocos segundos de enseñarle las dos patas delanteras, la adivina comenzó a pronosticar:

-Tendrás una larga vida. El Zorro asintió complacido.
-Veo mucho dinero en el año 2006. Claro, el subidón de la Bolsa, pensaba el Zorro.
 - En el trabajo, te harán dos ofertas próximamente, la segunda será la mejor.
- Bien, asintió el Zorro. ¿Y en el amor?. Preguntó a la adivina.
-   No se por  que me preguntas eso, ya lo sabes contestó la mujer.
-Caray!, exclamó el Zorro, que carácter el de esta Pat –así­ se llamaba la neyorkina-.

El Zorro estaba muy satisfecho, pero lo del dinero le seguí­a rondando en la cabeza. Y preguntó más. Tení­a que aclarar varias cosas: ¿Cuando?. ¿Como? ¿Donde?. ¿Cuanto?. Ya sabíéis, curiosidades de Zorro. El cánido volví­a a la carga:
- ¿En el 2006?.
-Sí­, contestaba Pat. 
-¿Tendríé 400.000 dólares en acciones en el 2006?.
La rubia mujer le contestó:
- Más, mucho más .
- Bien, ¿pero que va a pasar con mis finanzas hasta finales del 2005?.
-   Nada especial.. Le contestó la pitonisa .
í‰l, trataba de casar ese puzzle, y le costaba: 
- Vamos a ver: O una de dos, o tendencia más o menos plana, o tobogán:  con bajada en Octubre y posterior recuperación.

En ese instante, se acordó de que el Toro le habí­a dicho que confiara en su instinto. Y eso iba hacer, para que preocuparse....  estaba de vacaciones en Nueva York!. Volviendo a la realidad, el Zorro seguí­a preguntando:
-   ¿Y en 2007?. 
-Tú suerte seguirá en el 2007 y el 2008”, respondió Pat. Tus números de  la suerte son 382. 
-Ya, pensó el Zorro contentí­simo. Pero yo creo más en las inversiones que en los juegos de azar.

La chica lo miró, y regañándole un poco, le dijo:

- ¡Te preocupas demasiado por el dinero!.
- Puede, contesto el Zorro, preparando una próxima pregunta. ¿Tengo acciones de una compañí­a llamada INBESOS, sus acciones van a llegar a 25 euros?.
-   Si, y más. Contestó la adivina.

El Zorro sentí­a una deliciosa sensación, ya que por fin alguien le confirmaba lo que íél, con su  intuición, sabí­a hace meses....
- Y tambiíén tengo de INYPSA, ERCROS, NATRACEUTICAL, AVANZIT.... ¿Duplicarán?. ¿Triplicarán?.

- Te repito que te preocupa demasiado el dinero, le contestó Pat.

Al ver que el Zorro no se lo creí­a del todo, la adivina le dio una tarjeta con sus señas:  SISTER PAT - 435East 9th Street. New York, NY 10009.  Y le dijo:

- Si no se cumple lo que te digo, llámame.

El Zorro cogió la tarjeta, -que aún conserva- y preguntó cuanto era.
-20 dólares”, le dijo Pat.

El Zorro pagó, y se fue feliz por la feria adelante, pensando, un poco para disculparse, que a la adivina tambiíén le preocupaba el dinero, o por lo menos, los 20 dólares.

Reservados todos los derechos.


Estoy inmerso en la nueva fiebre del oro.