Crudo, metales y alimentos, presos de la especulación
Por Fernando Martínez para Cinco Días
El aumento del consumo en Asia o Amíérica Latina explica la escalada de las materias primas, pero un 30% de la inversión en estos productos es puramente financiera.
No parece una idea admisible pensar que el acceso a un nivel de vida aceptable de nada menos que 5.300 millones de personas vaya a lograrse a un coste cero. La nueva hornada de consumidores de las economías emergentes ha tenido como consecuencia un encarecimiento a escala planetaria de todos los materiales básicos: combustibles, metales, minerales, cultivos, ganadería... Las consecuencias para el mundo occidental están a la vista. Para empezar, el IPC armonizado de la zona euro ha pasado en 12 meses del 1,9% al 3,3% y el de España, del 2,4% al 4,7%. Pero, ¿es todo oferta y demanda? Los números dicen que no. Los especuladores financieros están pescando en río revuelto. Los datos de los mercados de futuros de EE UU revelan que los llamados inversores no comerciales controlan por tíérmino medio el 30% de la negociación mundial de materias primas.
La CFTC, el supervisor de los mercados de futuros de materias primas de EE UU, proporciona algunos ejemplos: el porcentaje de inversores especuladores en el mercado del oro asciende al 40,3%; en los futuros del ganado es del 34,6%; en el trigo, del 33,5%; en cobre, del 32%; en maíz, el 30,5%; en soja, 30,4%; en el crudo, el 25%.
Los futuros son contratos financieros en los que el comprador se obliga con el vendedor a adquirir el activo negociado -sea petróleo, oro, o trigo- en una fecha determinada y a un precio fijado. Hasta que llega ese vencimiento, siempre se puede negociar en el mercado vendiendo el contrato. Los futuros determinan el precio real del activo, ya que indican lo que el mercado está dispuesto a pagar por un kilo de arroz, por ejemplo. Todos los actores implicados en un determinado negocio, productores y consumidores, acuden a los futuros, sea para obtener el suministro o venderlo, sea para cubrirse ante oscilaciones de los precios.
Sólo en petróleo, la materia prima por excelencia, en la plataforma Nymex de Nueva York se negocia a diario un volumen equivalente a 527,4 millones de barriles. La cifra equivale a seis veces el consumo mundial de crudo, lo que da una idea de la relación de fuerzas entre los mercados financieros, que centralizan la negociación y distribución de productos, y el consumo real. 'En tíérminos generales sí se puede concluir que hay una burbuja financiera', concluye Mark Phillips, director de inversiones y estrategia global de Scottish Widows. 'Pero la situación de fondo es bastante compleja', matiza de inmediato. 'El boom actual de las materias primas es diferente de otros vistos en el pasado, debido al alcance de la creciente demanda de los países emergentes respecto al suministro, tanto el existente, como el potencial', señala Phillips, cuya conclusión es clara: 'Lo razonable es esperar que los precios de las materias primas no regresarán a los niveles de años pasados, sino que terminarán situándose de forma estructural y a largo plazo en unos niveles más elevados'.
Cuidado con la volatilidad
'El movimiento demográfico ha cambiado y eso se tiene que notar en la cotización', señala David Navarro, gestor de Inversis. Es cierto que el barril de crudo se ha encarecido un 410% en la presente díécada y que las cotas de 20 a 30 dólares por barril que la UE veía 'razonables' hasta poco tiempo, sólo podrían volver tras un colapso económico o una revolución tecnológica global. Pero la escalada ha dado paso a oscilaciones de víértigo. En un par de semanas, el petróleo ha hecho dos veces el mismo viaje en sentido inverso. Primero perdió 10 dólares hasta regresar a los 120 y luego entre el jueves y el viernes subió 12,77% hasta hacer un nuevo máximo histórico en 137,69 dólares por barril.
'Las materias primas son aún una oportunidad interesante de inversión, pero obtener retornos positivos no será tan fácil como antes', advierte David Donora, de Threadneedle, pese a que sostiene que la potencia de los precios viene dada por 'las fuerzas de mercado de oferta y demanda'.
Abundan los casos de ajustes notables. En abril, la carestía del arroz desencadenó oleadas de protestas en medio mundo y un alud de medidas proteccionistas en los países productores, desde ífrica hasta Extremo Oriente. Desde entonces hasta hoy, el precio ha caído un 25%. El aluminio llegó a subir un 34% entre enero y marzo y ahora se ha depreciado un 11%. El oro, un valor refugio tradicional, pierde un 13% desde el máximo histórico de marzo, cuando superó los 1.000 dólares por onza.
Los altos precios además ya han impactado en pautas de consumo. John Coyle, especialista en energía de Schroders, subraya algunos eventos interesantes: 'las millas recorridas por los conductores americanos han caído un 4% sobre el año anterior, según los datos de la Asociación de Automovilistas Americanos, el primer descenso en 28 años, y las ventas de gasolina realizadas con la tarjeta Mastercard han descendido un 6%'. En España, las patronales de fabricantes y de vendedores de coches, Anfac y Ganvam, informaron esta misma semana de un descenso del 24,3% en las ventas, el peor mayo en 10 años.
Cuestión de impuestos
La evolución de los precios de los carburantes es determinante, porque incide directamente en los costes de generación de energía elíéctrica, de las cosechas, de la actividad ganadera, la pesquera y el transporte, por citar algunas referencias. Pero, como se queja la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), en el coste final de los hidrocarburos es determinante la carga fiscal. En España, los impuestos representan el 41% del litro de gasolina y hasta el 50% en el diíésel. En EE UU, la imposición media es del 26%; en Alemania, del 49%.
El hecho de que en pocos años China haya pasado de ser exportador neto de carbón, hierro, soja o petróleo a ser importador de estos mismos productos, tiene una incidencia determinante en la formación de precios. Pero la inversión financiera tambiíén es decisiva en el pico de las cotizaciones. La debilidad del dólar, que hace más barato comprar materias primas, y las prolongadas caídas bursátiles han colocado al sector en el disparadero. Mientras todos los índices bursátiles europeos registran en los últimos 12 meses caídas del 10% o más, el índice Reuters/Jeffries de commodities sube un 33%; el trigo, un 40%; el acero, el 63%; el petróleo, un 73%. La tentación para el inversor financiero es evidente.
Precios disparados en todos los sectores
La díficil ecuación de consumo y suministros
La cotización del petróleo responde a un nutrido cóctel de factores, desde el consumo, el suministro en todas sus fases (extracción, refino y distribución), hasta asuntos financieros y geopolíticos. La clave es que no hay alternativa al petróleo como fuente energíética para el transporte. La perspectiva es una sólida trayectoria alcista. 'El incremento de la demanda, combinado con el rápido declive de los yacimientos debería mantener los precios elevados a largo plazo', constata Graham French, de M&G.
La indistria minera bajo la presión China
La fábrica del mundo, China, ha permitido exportar productos baratos a todo el mundo, que han ayudado a contener la inflación. Pero un país de 1.300 millones de habitantes que crece a un ritmo anual del 10% no sale gratis. China tiene 200 aeropuertos y planea abrir otros 80 más en dos años. El gigante asiático tiene 60 ciudades de más de cinco millones de habitantes. Las matriculaciones de coches crecieron un 22% en 2007 y llegaron a 8,2 millones. Toda esta febril actividad tiene un coste.
Alimentos más caros, un problema global
La creciente escasez de tierra disponible a causa de la urbanización y la industrialización, unido a la competencia de cosechas para biocombustibles, ha hecho del abastecimiento de alimentos un problema de primer orden. La FAO, el organismo de la ONU para la alimentación, advierte que la hambruna afecta ya a 850 millones de personas y pide una inversión anual de 30.000 millones para combatir esta lacra. Mientras, los precios sufren fluctuaciones, pero la tendencia es alcista.
El eterno valor refugio de los materiales preciosos
Frente al ascenso de la inflación o la debilidad del dólar, el refugio tradicional siempre ha sido el oro, una inversión que tambiíén se beneficia de las ineficiencias de oferta y demanda. 'El año 2007 fue ríécord en demanda de oro, mientras que la producción cayó un 11%', afirma Manuel Arroyo, de JPMorgan Asset Management. La extracción global está estancada desde 2001. Hasta el FMI hace negocio con el metal, hace dos meses vendió reservas por un importe de 12.500 millones.
¿Cómo evolucionará el precio del petróleo?
Mark Phillips (Scottish Widows)
'Hay un desajuste entre un suministro limitado y un consumo al alza e insensible al precio. Este desequilibrio persistirá durante la próxima díécada o incluso más'
David Navarro (Inversis)
'Ya se están dando dos condiciones para que baje el precio: descenso de la demanda y apreciación del dólar. El barril debería caer hasta 80 o 100 dólares'
David Donora (Threadneedle)
'La carrera parará cuando los hábitos de consumo varíen de forma dramática o el crudo deje de ser vital. No es algo que pueda pasar ahora, pero no es imposible'
Carlos G. Mesones (Pictet)
'Es previsible que a corto plazo haya tensiones y volatilidad, aunque la tendencia sea alcista. A medio plazo, puede volver a situarse en torno a 100 dólares'