Por... Alejandro Gómez Tamez
Mucho se ha argumentado acerca de las prácticas de comercio desleal llevadas a cabo por China. Para ilustrar lo anterior, podemos mencionar que desde el año 2004 a China se le ha acusado y sancionado por parte de la Organización Mundial de Comercio (OMC) por realizar acciones tales como: otorgar devoluciones del impuesto al valor agregado, otorgar rebajas de impuestos injustas y subsidios, violación de derechos de propiedad intelectual, subsidios a la exportación de “marcas famosasâ€, implementar tarifas a sus exportaciones de materias primas, entre muchas más.
Estas acciones por parte de China dan una ventaja a sus exportadores y constituyen una clara competencia desleal para los productores del resto del mundo, y Míéxico no es la excepción. Los resultados de las políticas de promoción de exportaciones y cerrazón de fronteras (a travíés de barreras no arancelarias) por parte de China pueden ser vistos en nuestro saldo de la balanza comercial.
Hemos comentado que tan sólo en el año 2010 Míéxico importó de China bienes y servicios por 45 mil 607 millones de dólares, mientras que nosotros exportamos a China bienes y servicios por tan sólo 4 mil 182 millones de dólares. Esto implica un díéficit con la nación asiática tan sólo en el 2010 de -41 mil 424 millones de dólares. Por su parte, en los seis primeros meses de 2011 el díéficit en la balanza comercial con China suma -21 mil 443.2 millones de dólares.
Es importante volver a manifestar que este abultado díéficit ocasiona que los empleos, tan codiciados a nivel mundial ahora en día, se creen en China y no en Míéxico. Además de que está provocando la destrucción de buena parte de la planta productiva nacional; y para demostrar esto tenemos que el Producto Interno Bruto de la industria manufacturera pasó de representar el 19.2 por ciento del PIB total en el primer semestre del año 2000 a ser nada más el 17.8 por ciento del total en el primer semestre de 2011.
En un futuro nuestras autoridades se lamentarán por este daño irreversible a la economía nacional, ya que las empresas manufactureras que cierran tardan mucho en ser sustituidas por otras que nazcan (si es que nacen). Las autoridades responsables de la política industrial de este país no han querido ver lo que ha pasado con naciones como Estados Unidos, nación que perdió gran parte de su aparato productivo a costa de China y ahora no sabe como volverlo a echar a andar.
Y lo que es peor ante esta amenaza es el aperturismo unilateral a favor de China que realiza nuestro país desde el año 2008, el cual terminará por entregarle una mayor proporción del mercado nacional a dicha nación.
Para recordar, tenemos que en diciembre de 2008 el gobierno mexicano decidió unilateralmente (y sin consultarlo con ningún sector económico) bajar los aranceles a la importación de mercancías provenientes de países con los cuales no tenemos tratado de libre comercio, pero que son parte de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Así, a cambio de absolutamente nada, el gobierno mexicano estableció un calendario de desgravación que implicaba que a partir del año 2009, 2 mil 213 productos entrarían a Míéxico libre de arancel y para el año 2010 se sumarían otras 4 mil 412 fracciones tambiíén con arancel cero.
Al final de cuentas, se estipuló que para 2013, la meta es que todos los productos finales que lleguen a Míéxico tengan un arancel de 20 por ciento; los bienes intermedios, de entre 15 y 10 por ciento, y los bienes básicos, de 5 o de cero por ciento.
¿Y China que ha hecho para abrir su mercado a los productores nacionales? Muy poco o nada. ¿Y ante los datos que arrojan el desplazamiento de la producción nacional a favor de China que hace nuestro gobierno? Nada concreto y sólo hablan de las virtudes del comercio internacional como un elemento que hará que los consumidores nacionales puedan comprar cosas más baratas.
La realidad es que la apertura comercial no se ha traducido en precios más baratos para una enorme cantidad de mercancía, sino que íésta sólo ha contribuido a ampliar los márgenes de ganancias de los importadores nacionales. Pero además, vale la pena hacerse la pregunta: ¿y cómo le harían para comprar cosas más baratas los mexicanos si pierden su empleo a favor de los chinos? Simplemente los argumentos aperturistas de los funcionarios del gobierno federal mexicano carecen de lógica en la actual coyuntura mundial, en la que las naciones cuidan su mercado interno y buscan la manera de conservar sus empleos.
Quisiera ahondar en el hecho de que el peligro que representa China para la economía de Míéxico y del mundo no es un invento. Está bien documentado en diversos textos. En el libro titulado “Muerte por China. Confrontando al Dragón.- Una llamada global para tomar acciones†de Peter Navarro y Greg Autry del año 2011 se señala que en el frente económico, la marca perversa de “Capitalismo de estado†estilo comunista totalmente ha destruido los principios de libre mercado y libre comercio. Los “campeones nacionales†chinos apoyados por el Estado han desplegado una mezcla potente de mercantilismo y proteccionismo para destruir a la industria y los empleos estadounidenses uno por uno.
Las “armas de destrucción de empleos†de China incluyen los subsidios a la exportación, la piratería de propiedad intelectual, protección ambiental laxa y vergonzante, y el uso continuo de trabajo en condiciones de casi esclavitud. La pieza central del mercantilismo chino es, sin embargo, una moneda vergonzosamente manipulada que genera una enorme carga en las manufacturas de otras naciones, y que estimula exageradamente las exportaciones chinas, y ha llevado a crecientes superávits en su balanza comercial con todo el mundo.
Por su parte, la “libre entrada†para cualquier empresa que quiera escalar la “Gran Muralla China†de proteccionismo y vender en su mercado local tiene no sólo que entregar su tecnología a sus contrapartes chinas, sino que además deben mover sus instalaciones de investigación y desarrollo hacía China llevando así la prosperidad y las posibilidades de crear empleos en el futuro hacía un competidor hostil.
Mientras tanto, en el discurso de burla de libre comercio de China se han perdido millones de empleos en el sector manufacturero en los Estados Unidos. Para lo anterior considere los siguientes datos:
1. Desde que China ingresó a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001 y falsamente prometió terminar sus prácticas mercantilistas y proteccionistas, la industria estadounidense del vestido, textil y de los muebles de madera han sido disminuidas a la mitad de su tamaño, y en el caso de textil han perdido el 70 por ciento.
2. Otras industrias críticas como químicos, papel, acero y llantas están bajo ataque, mientras que el empleo en industrias altamente tecnológicas ha caído más de 40 por ciento.
¿Pero al final de cuentas que está haciendo China? ¿Quíé es lo que mueve a China a hacer tantas cosas a favor de su planta productiva y en contra de las economías de otros países? Muy sencillo: la necesidad de crear empleos.
Ante todo esto, no cabe más que decirle al gobierno mexicano que si China tiene que realizar prácticas desleales de comercio para tener a sus 1 mil 400 millones de habitantes contentos; ¿Por quíé Míéxico no puede implementar las medidas de comercio necesarias para darle trabajo a los 2.5 millones de desempleo y sacar de la pobreza a los más de 52 millones de mexicanos que en ella están?