La deuda ha pasado del 36,3% a más del 67% en cuatro años. La memoria histórica demuestra que será complicado reducir la ratio por medio de una reducción del 'stock' de deuda estatal.
La carrera para poder cumplir con el límite numíérico del 60% de endeudamiento a partir de 2020 que, previsiblemente, se incorporará en la Constitución, acaba de comenzar. Como consecuencia del elevado díéficit público, registrado durante los años de mayor intensidad de la crisis, y de las medidas al sector financiero, la deuda pública ha crecido a un ritmo freníético en los últimos años. En 2007, la ratio se encontraba en el 36,3%. Según previsiones del Gobierno, tocará un pico en el 69,3% en 2013 para empezar a reducirse a partir de entonces.
La memoria histórica demuestra que será complicado reducir la ratio vía una reducción del stock de la deuda del Estado, que, en estos momentos, supera los 570.000 millones de euros. Más todavía si se tiene en cuenta el impacto de posibles emisiones del Fondo de Reestructuración de las cajas (Frob) o del Fondo creado para cubrir el díéficit de tarifa elíéctrico (Fade). De hecho, desde 1987, sólo se ha reducido ese nominal en circulación en dos ocasiones.
Ocurrió de 2002 a 2003, cuando el saldo pasó de 311.961 a 309.135 millones, y de 2006 a 2007, al pasar de 312.457 a 307.168 millones. Es decir, durante esos periodos, el Tesoro emitió menos deuda bruta que la que venció.
De ahí que la deuda sólo se pueda reducir por dos vías: con superávit, y van a pasar muchos años hasta que se vuelva a esta situación, o que el volumen del PIB crezca de forma considerable, y las previsiones que se barajan en este sentido no son muy halagí¼eñas. Guillermo de la Dehesa, presidente del Centre for Economic Policy Research (CEPR), reconocía recientemente a EXPANSIí“N que “para llegar a una deuda del 60% tendrán que pasar, aun así, entre seis y ocho añosâ€. Si estas previsiones se cumplen, se llegaría muy justo a ese límite impuesto para 2020.
Ejercicio en los 90
Si se observa la evolución de la crisis de los 90 se aprecia que en España el pico más alto de deuda se dio en 1996 y que se tardaron 8 años en volver a los niveles anteriores (a una media de compensación de 2,7 puntos del PIB al año).
Sin embargo, en estos momentos existe la dificultad de que se parte de un díéficit primario más elevado que entonces, de que los tipos de interíés que se están pagando por la deuda son superiores, con el riesgo país en máximos, y de que lo que tiraba en aquel entonces de la economía, el sector de la construcción, ya no lo volverá a hacer ahora.
El esfuerzo, por lo tanto, que tiene que hacer el Gobierno actual y los posteriores para cumplir con los nuevos límites impuestos en la Constitución serán más que considerables.
El PSOE trata de apaciguar hoy las críticas internas
El candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Alfredo Píérez Rubalcaba, reunirá hoy a los diputados de su formación para calmar los ánimos tras el acuerdo para reformar la Constitución que se alcanzó el pasado viernes, un asunto que ha provocado una batalla interna dentro de los socialistas y que ha irrumpido de lleno en la precampaña electoral.
Los diputados más críticos creen que el pacto que ha cerrado Zapatero es una cesión en toda regla al PP, que hace un año propuso un cambio en la Carta Magna similar al pactado. Rubalcaba les intentará vender que su propuesta (la más flexible contra el díéficit) ha vencido. Pero la opinión de Zapatero y de Rajoy no es la misma.
A cambio de no incluir límites numíéricos en la Constitución similares a los de Alemania, ambos pactaron que se introdujera en la misma reforma de la Carta Magna el tope a la deuda que exige Bruselas (del 60%).