A corto plazo falta un rebote tíécnico, que podría venir seguido de una nueva onda a la baja. A medio plazo es probable una vuelta a mínimos, antes de probar un rebote más consistente.
Pasan los días y todo sigue igual. En Europa, los problemas de la deuda, que ya afecta a todos, perifíéricos y no perifíéricos, no encuentran una vía de solución política creíble, y en USA se teme que la economía del país, que ya está díébil, se debilite aún más, hasta entrar en una nueva recesión. En esta línea, los últimos datos macro publicados en USA, confirma que el consumo privado continúa reduciíéndose, prolongando la tendencia iniciada en el mes de abril. Y en España, a los problemas sobre la financiación de su deuda, se suma la segura falta de medidas de calado, todas impopulares, hasta las elecciones generales al 20-N. Adelantar las elecciones era positivo, pero esperar cuatro meses es demasiado, cuando España está casi en zona de intervención. La semana que viene, con el comienzo de septiembre y la vuelta de vacaciones, puede producirse algún cambio en los mercados, pero, de momento, no hay señales que lo adelanten.
El Ibex 35 no puede con la directriz bajista, por lo tanto, sigue la tendencia bajista a corto plazo. Superar la directriz, sería la primera señal de una onda al alza, con objetivo en el entorno de los 9.000 puntos, que probablemente vendría seguida una nueva onda a la baja. Si los superase con claridad, el rebote podría ser importante. Es probable, a medio plazo, que vuelva a mínimos en el suelo del canal, iniciado a principios del año pasado, actualmente en el entorno de los 7.750 puntos, antes de probar un nuevo rebote.
(Forecast)