Agosto ha sido el mes de las rebajas para los bonos españoles. El BCE se ha paseado por el mercado secundario de deuda y hasta en tres ocasiones ha llenado su carrito de la compra con títulos principalmente españoles e italianos. El interíés exigido a los bonos bajó considerablemente (más de 100 puntos básicos) en apenas una semana y se sitúa ahora en torno al 5%. Pero el bálsamo en el mercado de deuda no se extendió a la renta variable. El precio de los valores ha derrapado en el parquíé durante este mes -el Ibex pierde más de un 14% en lo que va año-, mientras que 17 de las 34 compañías del selectivo han aumentado la parte de beneficio que destinan a sus accionistas con respecto al año anterior. La consecuencia es un trasvase en la rentabilidad de un mercado a otro. Un ejemplo: el dividendo de Telefónica renta a un notable 11,6%, más del doble que el 5% de interíés en el que se encuentra hoy el bono español a 10 años.
La rentabilidad por dividendo del Ibex se situará en 2011 en el 7% según los datos recopilados por FactSet. Y 20 empresas del Ibex (casi el 60% sobre el total de 34) ofrece un rendimiento por retribución a sus accionistas con cargo a los resultados estimados para 2011 superior a la de la renta fija pública a 10 años. Antes de la entrada del BCE a mediados de agosto el interíés de los títulos superaba el 6%, lo que habría reducido a 14 las empresas que superaban en rentabilidad por dividiendo a la deuda.
La competición con los bonos no es simíétrica. La gran diferencia respecto a la renta fija radica en que, a diferencia de esta, el principal no está asegurado. Aunque en estos tiempos convulsos esta certeza es relativa. Los acreedores de títulos griegos no las tienen todas consigo.
El atractivo para invertir en renta variable es innegable, pero no hay que perder de vista que los dividendos son solo un criterio más a la hora de decidir el destino del dinero. Los expertos advierten que es necesario que las empresas tengan ingresos recurrentes, diversificados y especialmente que no dependan del ciclo económico. Telefónica, que lleva elevando la retribución ininterrumpidamente desde 2002, es uno de los mejores ejemplos.
Requisito: un 'pay out' holgado
El porcentaje del beneficio que destinan las empresas a retribuir al accionista (pay out) es otro de los termómetros a tener cuenta antes de invertir. Los analistas estiman que las compañías con una horquilla de entre el 30% y el 70% cuentan con un margen suficiente para poder mantener la rentabilidad en caso de que vengan mal dadas. En íépocas de beneficios pueden por ejemplo elevar el porcentaje de beneficios a repartir. Iberdrola, BBVA o Santander son los mejor situados. El pay out medio del Ibex se sitúa actualmente en el entorno al 60% según los datos recopilados por FactSet.