La Santa Compaña: La Peregrinación De Los Muertos
Miles de testimonios aseguran haber visto una procesión de figuras con sudario, que avalarían la existencia del mito gallego de la Santa Compaña. ¿Quíé hay de cierto? Veamos las hipótesis más sugestivas y los relatos de algunos testigos.
A la «Santa Compaña» la describen como una procesión de figuras vestidas de blanco y cubiertas con sendas capuchas.
El doctor Pereira regresaba a casa al filo de las dos de la madrugada tras atender un parto difícil en una aldea vecina. Al doblar un recodo del camino se encontró con «La Compaña». Era un grupo de unas ocho tíétricas figuras vestidas de blanco y cubiertas con sendas capuchas comandado por un pálido individuo que portaba una gran cruz de madera. La fantasmal comitiva se movía en el más absoluto silencio, mientras un fuerte olor a cera quemada lo inundaba todo. De repente, el grupo se detuvo frente a la casa de Manolo, el de la ferretería. El pánico dominó al doctor Pereira que salió disparado, como alma que lleva el diablo, para refugiarse en su vivienda, al otro lado del pueblo. Atrás quedaba el «mito imposible» que había visto con sus propios ojos: «La Santa Compaña». Cuatro días despuíés Manolo el ferretero moría de un infarto en la tasca del pueblo...
Este es uno de los casos típicos y tópicos que el folklore y la cultura popular gallega amontona entre los relatos de los viejos lugareños de cualquiera de sus aldeas. Y es que resulta muy difícil, encontrar una aldea o pueblo gallego en el que no exista, al menos, un testigo de estas insólitas apariciones.
Muchos han sido los literatos e intelectuales gallegos que han elegido «La Santa Compaña» como el argumento base de sus fábulas, y muchos tambiíén los antropólogos y sociólogos que han pretendido estudiar y comprender el mito. Pero todos los intentos de cuadricular esta tradición han sido pobres en resultados, ya que el mito de «La Compaña» ha sido asimilado de tal forma por la cultura rural gallega que sus variantes y matices son demasiados para ser clasificados alegremente. Cada pequeña localidad posee una «Santa Compaña» con personalidad propia.
Naturalmente existen casos abundantes para apoyar cualquiera de las creencias populares sobre ánimas, a pesar de que con el estudio serio y científico que algunos investigadores han hecho del mito, íéste comienza a perder su aureola sobrenatural para encontrar, en muchos casos, una serie de respuestas posibles más lógicas y terrenales.
Según el estudio de algunos antropólogos o investigadores que se han ocupado del tema, en muchas ocasiones las apariciones de «La Compaña» se daban en lugares de características similares: terreno irregular, poca luz, un solo testigo y a altas horas de la noche...