El Grupo de los Siete líderes financieros, preocupados por los riesgos para el crecimiento global, podrían acordar esta semana mantener la política monetaria expansiva, desacelerar la consolidación fiscal en los países en que sea posible e implementar reformas estructurales, indicó una fuente del G7.
Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Italia y Gran Bretaña (el G7) se reunirán el viernes en el puerto francíés de Marsella para discutir las acciones a seguir para estimular a la desacelerada economía global.
“El tema principal será la ralentización en la economía global y cuál es la mejor manera de combatirlaâ€, dijo un funcionario del G7 con conocimiento de las preparaciones de la reunión.
La fuente indicó que había una sensación entre los países del G7 de que la economía global entró al periodo más difícil desde el colapso de Lehman Brothers y que había riesgo de recesión, ya fuera en tíérminos tíécnicos -vistos como dos trimestres consecutivos de contracción- o con un crecimiento positivo y una brecha muy grande de producción.
Esto se debe a que factores temporales como los altos precios del petróleo fueron exacerbados por la crisis de deuda soberana y la incertidumbre creada por el debate sobre el límite de deuda estadounidense, que representaron un fuerte golpe para la confianza, indicó el funcionario.
“Habrá una señal de que la política monetaria se mantendrá expansiva, y que la consolidación fiscal seguirá adelante, pero en algunos países a un ritmo menor en el corto plazoâ€, indicó el funcionario del G7.
Las discusiones de política monetaria expansiva incluirán asuntos como alivio cuantitativo, señaló el funcionario.
No se ha planificado la emisión de un comunicado oficial tras el encuentro, pero podría haber una rueda de prensa de Francia, que presidirá las conversaciones, sostuvo.
El funcionario agregó que el ritmo más lento de consolidación fiscal exigido en el corto plazo en países que no enfrentan la presión inmediata de los mercados sería a cambio de más consolidación fiscal en el 2013, 2014 y 2015, dependiendo de los eventos económicos del 2012.
Italia podría verse presionada para implementar reformas estructurales para impulsar su tasa de crecimiento económico y así aliviar la preocupación del mercado sobre su capacidad de pago de su deuda pública, que asciende al 120 por ciento de su Producto Interno Bruto.
La crisis de deuda de la zona euro será discutida en el G7 porque es una de las grandes razones de la caída de la confianza inversionista, pero es improbable que los países de la zona euro se vean presionados a tomar más acciones de las que ya fueron acordadas, agregó la fuente.