Por... Hernán González Rodríguez
Sospecho que nunca se pondrán de acuerdo los más prestigiosos analistas económicos del mundo para determinar quiíén tuvo la culpa de la nueva e inesperada crisis estadounidense. Se inculpan de ella tanto el elevado nivel de endeudamiento reciente de los Estados Unidos como el interíés en que Obama no sea reelegido. El 70% de los ciudadanos encuestados opina que su país marcha de mal en peor.
Una de las pocas coincidencias entre los expertos radica en afirmar que la causa de dicho desplome tiene un origen político más que financiero. Es culpa de las diferencias de criterio entre los demócratas y los republicanos para reducir su elevado endeudamiento. Contrario a cuanto aconteció en la crisis de 2008, la cual sí fue financiera, debido a las hipotecas basura, las cuales fueron calificadas como excelentes por las deshonestas calificadoras de riesgo que hoy dogmatizan.
Las dificultades de Europa tambiíén tienen origen financiero, ya que son el resultado del exceso de gastos sociales que preconizan los socialismos, su Estado de Bienestar con todo resuelto desde la cuna hasta el sepulcro. Aun cuando señalan algunos que la reforma de la seguridad social liderada por el presidente Barack Obama marcha por la misma senda y sumirá a los Estados Unidos en una crisis financiera por allá en el 2025.
El Fondo Monetario Internacional sostiene que la mejor forma para superar los desequilibrios financieros de los países es una combinación de reducción de gastos con incremento de impuestos. Pero el catedrático de Harvard, Alberto Alesina, sostiene que lo ideal estriba en recortar gastos solamente, porque al elevar los impuestos en países ya con alta tributación se les incrementa el desempleo, tal como sucedería en los Estados Unidos.
Los ricos estadounidenses representan el 30% de la población, pero contribuyen con el 60% de sus impuestos. La gran mayoría de los estadounidenses no paga impuestos hoy. Se señala que Obama solicitó la aprobación el año pasado de cerca de 800.000 millones de dólares para estimular su economía, con el compromiso de bajar el desempleo al 8%, y para su sorpresa, todavía revolotea a la fecha por los lados del 9%. ¿Se les atascó la maquinita de crear empleos?
Los críticos sostienen que el presidente Obama nunca presentó planes concretos y que se limitó a esperar que los republicanos le presentaran los suyos para luego atacarlos en forma demagógica, a saber: por no aceptar incrementar los impuestos de los ricos; por pretender reformar la seguridad social de Obama o porque el "Tea Party", grupo republicano radical, solicitó reducciones del doble de los recortes que se aprobaron en los gastos a última hora. Pero tuvieron la razón los del "Tea", puesto que la mitad así aprobada no les resultó ser suficiente.
Entonces, para completar este recorte de gastos crearon una comisión bipartidista que debe reunirse ahora en septiembre y presentar su plan en noviembre. Por ahí se habla de que, posteriormente, podría abordarse el tema de una simplificación de los impuestos, no para aumentarlos, sino para eliminar los subsidios de los ricos, lo cual apoya Warren Buffet, quien reconoció que íél, con una fortuna de 50.000 millones de dólares, tan sólo paga exiguos siete millones de dólares en impuestos por año.