El sector bancario europeo se encuentra en una difícil situación, con fuertes caídas en bolsa, y la sensación entre los inversores que algo grave se avecina en el horizonte, y lo que es más preocupante, no sólo de los inversores. Josef Ackermann, presidente ejecutivo del Deutsche Bank, afirmaba ayer que la crisis de deuda soberana de Europa limitará las ganancias de los bancos por años y podría acabar con los más díébiles.
“Las posibilidades para el sector financiero en general son bastante limitadasâ€, señalaba Ackermann. “El panorama para el crecimiento futuro de los ingresos es limitado tanto por la situación actual como estructuralmenteâ€, añadió.
“La posibilidad de una recuperación en el corto plazo sigue siendo díébil por las preocupaciones por la deuda de la zona euro, la reforma estructural y una demanda por deuda hipotecaria presuntamente vendida inadecuadamenteâ€, dijo Manoj Ladwa, operador senior de ETX Capital.
Las múltiples preocupaciones por el sector bancario aumentan los miedos de riesgos de contraparte entre los prestamistas, dijo Andrew Lim, analista de acciones de bancos de Espirito Santo, refiriíéndose a un menor críédito para algunos bancos europeos de parte de algunos fondos estadounidenses de mercado de dinero.
“Hay un enorme riesgo en el sistema en este minutoâ€, agregó, citando la necesidad de expandir el tamaño de un fondo de rescate, mejorando por tanto las míétricas del financiamiento de deuda tanto de deuda soberana como corporativa.
El mes de septiembre va a ser clave para averiguar la magnitud de los problemas del sector. En el mes de agosto, la captación de fondos de los bancos europeos ha sido casi nula. Por contra, el sector bancario en EE.UU. ha seguido acudiendo al mercado durante los meses de verano con un íéxito razonable.
Según señala Jennifer Hughes en el FT, los bancos europeos han vendido la menor cantidad de deuda en el último trimestre desde 1996, cuando las necesidades de financiación eran solo una pequeña fracción de las actuales.
Los miedos a que no puedan refinanciar las enormes cantidades de deuda que vencerán en los próximos meses, o que el mercado les pida tipos de interíés demasiado elevados, atenaza a los inversores, que reducen día sí y día tambiíén la posición de los bancos en sus carteras.
“A los bancos europeos se les ha restringido la financiación en los mercados de capitales en los últimos mesesâ€, afirma Joseph Faith, estratega de críédito de Citigroup.
En agosto, el coste de asegurar la deuda bancaria en contra de una suspensión de pagos alcanzó el máximo histórico.
Los bancos aliviaron sus tensiones financieras la semana pasada, con la venta de bonos garantizados (deuda asegurada contra un conjunto de príéstamos), pero el mercado no garantizado es el pan y la mantequilla de la financiación del sector, y ese se ha cerrado desde principios de julio, añade Jennifer Hughes.
Los banqueros estiman, según Hughes, que aún los mejores bancos, actualmente tienen que pagar casi dos veces en su venta de bonos, que compañías exfinancieras con calificaciones de deudas similares en otros sectores.
“¿Pueden los bancos emitir bonos sin garantía? Sí. La pregunta es si realmente están dispuestos a pagar estos altos preciosâ€, comenta Frederic Zorzi de BNP Paribas.
De cualquier forma, según las estimaciones de Morgan Stanley, los mayores bancos ya han completado el 90% de sus necesidades financieras para este año. Pero ¿y los bancos más pequeños?
Todo el mundo parece estar de acuerdo en que las condiciones actuales de los mercados de críédito no podrán ser sostenibles durante mucho tiempo, y el mercado espera, o más bien desea, que los mercados se estabilicen en los próximos días.
Pero, ¿quíé pasaría si no se estabilizan en el corto/medio plazo? Pues se daría el escenario que muchos analistas de EE.UU. prevíén para la banca europea: Reorganización del sector, quiebras bancarias, nacionalización de algunas entidades, fusión o desaparición de otras.
El mes de septiembre nos dará una señal muy clara de que bancos en un escenario como el anterior podrán sobrevivir y cuales no. Un ejemplo: ING ha podido financiarse a 80 puntos básicos por encima de su índice de referencia, Unicredito, con el mismo rating, vendió deuda equivalente a 215 puntos básicos por encima de su índice de referencia.
Es evidente que los inversores son mucho más reticentes para prestar dinero a algunas entidades que a otras, aunque su calificación de deuda sea la misma. Estos diferenciales, no los había yo visto nunca en mi carrera profesional. ¿Entienden ahora porque el mercado teme que algo grave va a pasar en el sector?