INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: EUROPA NECESITA UN LíDER Y EN SU LUGAR TIENE UN AMA DE CASA  (Leído 238 veces)

Orpheo

  • Moderador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 15.428
  • Karma: +6/-2
  • Sexo: Masculino
EUROPA NECESITA UN LíDER Y EN SU LUGAR TIENE UN AMA DE CASA
« en: Septiembre 09, 2011, 08:32:34 am »
Es habitual escuchar en estos dí­as, feroces crí­ticas a la actuación alemana, y más concretamente a su canciller. Se la califica de egoí­sta, con poca visión europea y de largo plazo, y con un bajo nivel de liderazgo. Nunca he estado de acuerdo con estas crí­ticas, y en diversos foros económicos he expuesto mi opinión al respecto. Pero la mejor defensa que he leí­do y escuchado en los últimos meses de la canciller alemana, la ha realizado el analista de FT, Gideon Rachman.

 

Leyendo su artí­culo creo que comprenderán mejor la actuación de Angela Merkel en la actual crisis económica, y creo que los detractores serí­an menos beligerantes y más comprensibles con sus reticencias a adoptar las medidas que se la exigen. Veamos que dice Gideon Rachman:

 

“Cuando ella entra en la habitación, todo el mundo se calla. Es como cuando entra la directora”. Afirma un polí­tico de alto rango sobre el impacto que Angela Merkel tiene cuando entra a las reuniones regulares de los lí­deres conservadores de toda Europa.

 

Los escalofrí­os provocados por la canciller alemana, son fáciles de entender. Sus colegas saben que el destino del euro - y de la Unión Europea en su conjunto - depende ahora de las decisiones tomadas por el gobierno alemán. Muchos critican a Merkel por su falta de imaginación, de calidez y de generosidad - por ser demasiado lenta y cautelosa tambiíén. La canciller está aún bajo los ataques de los proeuropeos de su propia casa. Helmut Kohl, su mentor y el hombre que llevó a Alemania al euro, se quejó recientemente de que no tení­a sentido “el lugar donde Alemania se encuentra hoy en dí­a, y hacia dónde se dirige”.

 

Lo tónica general de todas estas crí­ticas es clara. ¿Por quíé no está Merkel a la altura de su promesa de hacer “lo que sea necesario” para salvar el euro? ¿Por quíé no se pone en cabeza de la crisis, utilizando todo el poder financiero que tiene Alemania para este fin? ¿Por quíé no puede ver que los eurobonos - una puesta en común del riesgo crediticio de toda la UE - son la respuesta? Europa necesita un lí­der y en su lugar tiene un ama de casa.

 

Pero en lugar de arremeter contra la canciller, el resto de Europa deberí­a estar agradecida de que tienen un lí­der tranquilo y prudente en Berlí­n. Visionarios audaces como la el Sr. Kohl, crearon el euro, dejando a las generaciones futuras que arreglen el lí­o posterior.

 

Hay (al menos) cinco razones por las que la Sra. Merkel tiene toda la razón para negarse a algunas de las medidas más drásticas a las que está presionada.

 

En primer lugar, los crí­ticos de la canciller a menudo no reconocen las limitaciones reales polí­ticas y jurí­dicas sobre las que se están operando. El Tribunal Constitucional alemán se pronunció ayer sobre la legalidad de las propuestas para incrementar el fondo para rescatar a los miembros endeudados de la eurozona. A finales de este mes, el parlamento alemán votará sobre el tema. Serí­a arrogante asumir que la Sra. Merkel puede ganar sola todas las batallas, cuando la opinión pública alemana y muchas voces influyentes en el paí­s se oponen profundamente a más rescates. Del mismo modo, para cualquier propuesta de creación de eurobonos se requieren nuevos tratados de la UE, cuya ratificación en Alemania serí­a muy difí­cil de conseguir. Los que están pidiendo acciones alemanas cada vez más audaces, a pesar de las dificultades jurí­dicas y polí­ticas, parecen tener poco respeto por la democracia del paí­s.

 

En segundo lugar, decir que la canciller alemana debe hacer “lo que sea necesario” para salvar el euro, supone que sabemos lo que hay que hacer. Los eurobonos son la última panacea, recomendados por muchas de las mismas personas que nos aseguraron hace años que el euro serí­a una moneda segura. Merkel no tiene una idea real de si iba a funcionar o no. Pero sí­ sabemos que la ampliación del fondo de rescate (como es casi seguro que sucederá), o la creación de eurobonos, significarán acumular costes y pasivos cada vez mayores a los contribuyentes alemanes.

 

En tercer lugar, no es simplemente vulgar el prejuicio sensacionalista de creer que si hay más dinero canalizado al sur de Europa será mal gastado. En paí­ses como Grecia e Italia, las funciones básicas del Estado - tales como la recaudación de impuestos y la adjudicación de contratos públicos - son con frecuencia corruptas. En el pasado, el dinero de la UE ha fomentado esta corrupción.

 

En cuarto lugar, la idea de que Alemania puede salvar automáticamente el euro - si tiene voluntad y generosidad - se basa en una suposición injustificada de un ilimitado poder económico alemán. Echa un vistazo a las ratios de deuda en toda la UE, y notará que la deuda alemana es más del 83 por ciento del producto interno bruto y superior a la de Francia, España o Gran Bretaña. En la actualidad, los mercados tienen confianza en Alemania. Pero no se puede contar con esto para siempre. El crecimiento se está desacelerando y los niveles de envejecimiento de la población del paí­s provocarán crecientes costes en el futuro. Si Alemania avala la deuda de la UE, los mercados podrí­an fácilmente cambiar su visión sobre el paí­s.

 

En quinto lugar, a menudo se dice que Merkel no se da cuenta de que salvar el euro es en realidad por el propio interíés de Alemania. Esto es una perogrullada. Por supuesto, una Europa estable y próspera favorece los intereses alemanes. La pregunta es si las medidas que quieren que la Sra. Merkel tome, realmente logran este fin, o simplemente crean una crisis peor aún.

 

Una versión ligeramente más sofisticada de este argumento sostiene que la economí­a alemana sufrirí­a enormemente si el euro se rompiera, debido a que muchos bancos alemanes irí­an a la quiebra, y que su moneda subirí­a de valor, por lo que las exportaciones alemanas perderí­an competitividad. El problema bancario es real. Sin embargo, es posible que una recapitalización de una sola vez de los bancos alemanes fuera bastante menos costosa que un compromiso abierto a todo el sur de Europa. El argumento de que la industria alemana no podrí­a hacer frente a una divisa más fuerte tambiíén hace caso omiso de la historia, y del milagro económico alemán de posguerra - que tuvo lugar a pesar de un constante aumento del marco.

 

La canciller alemana claramente quiere apoyar a la moneda única y a la UE. Sus buenas intenciones no se pueden dudar. Pero serí­a absurdo poner en peligro la propia estabilidad económica y polí­tica de Alemania, al apoyar cualquier plan desesperado destinado a “salvar” el euro.


En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.