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Autor Tema: OBRAS SON AMORES  (Leído 222 veces)

Orpheo

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OBRAS SON AMORES
« en: Septiembre 13, 2011, 12:40:03 pm »
Sólo si se quiebra, mediante acciones institucionales de calado, la espiral “riesgo soberano-bancario-cí­clico” se puede generar un cambio en la percepción del mercado.

 

Grecia vuelve de nuevo al núcleo de la atención más inmediata del mercado y con mucha fuerza. Despuíés de un fin de semana marcado por la sucesión de decepciones desde el frente institucional –sobre todo el hecho de que la reunión del G-7 volviera a saldarse con un mero ejercicio de retórica- y del anuncio de nuevas medidas in extremis de ajuste fiscal por parte del Gobierno heleno, para cumplir con sus objetivos de consolidación, los rumores de un default inmediato de la deuda griega han vuelto a encender las alarmas.

 

El mantenimiento de la dinámica de repreciación del riesgo en el plano soberano y financiero y de penalización de los activos de riesgo es el mejor reflejo de que el mercado ya se ha “cansado” de declaraciones y demanda una acción inmediata. A pesar de ello, en el seno de las instituciones se ha observado una actitud más constructiva para evitar un desenlace desordenado de este episodio que termine desencadenando una nueva oleada de riesgo sistíémico. Muestras de ello son el compromiso alcanzado entre Merkel y Barroso para que las reformas en el EFSF aprobadas en julio salgan adelante o el mayor activismo del BCE en el mercado de deuda, doblando el importe del Securities Market Programme desde su reactivación a comienzos de agosto.

 

Un claro avance en el primer punto –pilar de los cortafuegos que deben activarse- y la consolidación del segundo se nos antojan aspectos clave para inyectar estabilidad al mercado, más allá de que la condición más urgente y absolutamente indispensable para que Grecia siga respirando es la concesión de un nuevo tramo (el sexto) del programa de ayuda a Grecia aprobado en mayo del año pasado (8.000 millones de euros) que le permita afrontar la carga de obligaciones del último trimestre del año.

 

El presidente de la Comisión Europea ha fijado mediados de octubre como la fecha lí­mite para la concesión del mismo, aunque es probable que esta semana tengamos muchas pistas al respecto, teniendo en cuenta que la troika FMI, BCE, Comisión Europea regresa mañana a Atenas para proseguir con la evaluación de los avances en clave de cumplimiento con los objetivos fiscales que haya hecho el Ejecutivo griego. Por el camino, su ministro de Finanzas anunció ayer que el díéficit heleno desde enero hasta agosto de 2011 fue de 18.100 millones de euros, un 20% por encima de lo alcanzado en el mismo periodo de 2010, aunque todaví­a por debajo del objetivo aprobado en el programa fiscal a medio plazo (18.970 millones de euros). Con las medidas aprobadas el pasado fin de semana (impuesto sobre los bienes inmobiliarios, recorte de los sueldos de los funcionarios electos), el Tesoro griego espera obtener 2.000 millones de euros adicionales, que ayudarí­an a cuadrar las cuentas del periodo 2011-2012.

 

En este contexto, por tanto, la situación de Grecia sigue estando al filo de la navaja, a la espera de que la troika (FMI, BCE y Comisión Europea) díé el visto bueno a los avances realizados y permita la entrega del nuevo tramo de fondos correspondientes al primer rescate aprobado.

 

Además, a finales de septiembre, las modificaciones del mecanismo de ayuda (EFSF) se deberí­an haber votado ya en los distintos parlamentos nacionales, y no será hasta bien entrado octubre cuando este instrumento disponga de liquidez para operar y asumir sus nuevas funciones como mecanismo de estabilidad. Hasta entonces, el BCE deberí­a continuar interviniendo en los mercados secundarios para intentar controlar la prima de riesgo de los paí­ses perifíéricos.

 

Respecto a la futura operativa del EFSF, no se descarta que el fondo pueda actuar como un banco para conseguir más fondos con los que operar. Es decir, que cabrí­a la posibilidad de que el EFSF comprase bonos italianos o españoles para posteriormente usarlos como colateral en la ventanilla de descuento del BCE y obtener así­ financiación adicional. El problema de esta operativa consiste en que cuanto más se apele a ella, más dificultades podrí­a sufrir el fondo para mantener la calificación crediticia AAA.

 

Por último, en el corto plazo, si la situación del sector financiero continúa empeorando, no descartamos que se realicen nuevas propuestas para la recapitalización de la banca europea. Y es que, aunque la presidenta del FMI ha suavizado la postura que adoptó en Jackson Hole (entonces, según Lagarde, la banca europea necesitaba una inyección adicional de 200.000 millones de euros), habrá que ver si la presión de los mercados obliga a una nueva ronda de inyección de fondos en las entidades bancarias europeas. Parte del mercado apuesta por que un porcentaje de los fondos para recapitalizar los bancos provengan del propio EFSF; no obstante, pensamos que el montante de dicho fondo es insuficiente para hacer frente a los compromisos soberanos y, a la vez, a los esfuerzos de recapitalización.

 

En cualquier caso, de cara a encontrar una solución satisfactoria al puzzle europeo, seguimos demandando mayores muestras de compromiso por parte de los distintos Estados y organismos


En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.