Con sangre fría se puede hacer hoy una gran inversión apostando por la Bolsa. Así lo ve el presidente y fundador de Abante Asesores, Santiago Satrústegui (Madrid, 1964), que considera la oportunidad "irrepetible". Satrústegui está convencido de que los retornos serán mejores de lo esperado, aunque admite que el otoño se presenta como una "digna continuación del verano". Abante Asesores fue fundada en marzo de 2002, tiene 3.800 clientes, con un patrimonio asesorado que asciende a 1.200 millones.
¿Dónde puede refugiarse el inversor? Más de uno pensará que debajo de un colchón...
Meter el dinero debajo del colchón puede dejar tranquilos a muchos, pero no es la mejor opción. Tampoco creo que sea una buena decisión ir a los activos refugio clásicos. Entrar en el bono alemán o americano solo puede salir bien si verdaderamente el mundo va a una situación mucho peor de la que se está cotizando. Tampoco creo en el oro, porque no hay nadie que te vaya a comprar oro si hay una debacle total. Pensar que un activo refugio te puede dar un 20% de rentabilidad sin que eso sea una burbuja... En cambio, salvo que vayamos a una situación de fin del mundo conocido, sí que creo que la Bolsa ofrece una oportunidad irrepetible.
¿Incluso con la volatilidad dominante?
La volatilidad es lo que hace que en momentos de pánico la Bolsa tenga precios muy atractivos. La renta variable está reflejando con mucha potencia el sentimiento de los inversores. ¿Quíé ocurre? Que para invertir en renta variable hoy tienes que ser valiente y tener muy claro que no necesitas el dinero a corto plazo. Europa está cotizando a un PER de siete veces, esto puede aportar una rentabilidad muy grande.
¿No hace falta irse a mercados emergentes?
Se tiende a pensar que Asia está fuera de los problemas del mundo desarrollado. Pero cuando se cotiza una recesión mundial, eso afecta a todos y al final el comportamiento es similar.
¿Quíé opina de la decisión del BCE de mantener los tipos en el 1,5% y del discurso de su presidente, Jean-Claude Trichet?
Creo que Trichet ha empezado a desdecirse. Hubiera preferido que el BCE diera un mensaje más flexible, pero Trichet ha decidido mantener la presión. Este es un proceso lento, los que marcan la política son los países solventes y quieren ir despacio porque cualquier flexibilización reduce el margen de negociación, con países como Italia, Grecia, España... Algunos países han demostrado que solo reaccionan cuando la prima de riesgo está muy elevada.
¿Es solo una mera escenificación?
Si todas las economías se desaceleran, sería muy raro que Alemania crezca por sí sola. Necesitará que se bajen tipos y en el entorno actual, la inflación no va a ser un problema. El proceso natural es que el BCE va a acabar bajando tipos. Sería bueno y permitiría que el euro se ajustara contra las divisas. La zona euro es la única que ha jugado equivocadamente a mantener una moneda fuerte.
¿Cuál es el tipo de cambio más adecuado?
Sería bueno caer por debajo de 1,2 dólares.
Usted sostiene que las nuevas tecnologías influyen decisivamente en la actual crisis. ¿Por quíé?
Lo que diferencia este momento de otras íépocas es la velocidad a la que se mueve la información. Cualquier opinión, cualquier dato se conoce de forma inmediata. Un ejemplo, las conclusiones de la reunión de banqueros centrales de Jackson Hole se conocieron antes por Twitter que por cualquier otro medio. No hay nada que se pueda ocultar. Todo este exceso de información en tiempo real, sin filtrar, llega a los agentes económicos, que son los que deciden invertir o no. Eso es algo que todos los que tienen responsabilidad, medios de comunicación, políticos, etc., no están entendiendo bien.
¿En quíé sentido no lo están entendiendo bien?
El 2.0 agranda la imagen, eso hay que manejarlo bien. No se puede salir a decir nada sin tenerlo muy pensado. Cada vez que un político ha salido a calmar los mercados, eso ha costado un 5%. Es muy grave que cada uno piense que puede tener un voto particular, que cada uno diga: "hay que hacer esto, pero yo no lo haría".