El presidente de Telefónica, Cíésar Alierta, quiere resarcirse de su última apuesta fallida, que le reportó píérdidas millonarias, y se juega ahora casi tres millones a que la operadora superará los 18 euros en junio de 2014.
A Cíésar Alierta le gusta la Bolsa. No en vano dio sus primeros pasos como analista financiero de Banco Urquijo y fue fundador de la firma de valores Beta Capital allá por los años ochenta del siglo pasado. Ahora que está en la presidencia de Telefónica se dice que una buena jornada de la operadora en Bolsa puede animarle el día y una mala se lo estropea.
Pero este interíés bursátil ha ido más allá. Alierta es uno de los presidentes de grandes compañías españolas que más dinero tiene invertido en su empresa. Es dueño de 4,3 millones de acciones de Telefónica, el 0,094% del capital, valoradas en casi 54 millones de euros a precios de mercado.
Y no solo eso. En 2007 el alto ejecutivo comenzó a comprar opciones para apostar por una subida de la cotización y lanzar un mensaje de confianza en su compañía. La primera adquisición fue la de mayor envergadura: 8,2 millones de opciones con un precio de ejercicio de 22 euros y un vencimiento en marzo de este año. En 2008 dio un paso más: otros dos millones de derivados que darían dinero si Telefónica superaba los 30 euros en esa misma fecha.
Por supuesto, estas opciones son historia. La crisis financiera mundial y la particular de la operadora se cruzaron en el camino para hacer imposible siquiera una mínima ganancia. En marzo de 2011, cuando las acciones de Telefónica tendrían que haber estado en un punto intermedio entre los 22 y los 30 euros para que Alierta ganara algo de dinero, estaban en unos 18 euros.
Y eso significa píérdidas, porque para comprar una opción y optar a ganar dinero si la acción en concreto está por encima del nivel por el que se ha apostado en el momento elegido hay que pagar. El mercado es distinto, pero funciona igual que una tienda de barrio. Si se quiere pan, hay que dar dinero a cambio.
Eso fue lo que hizo Alierta, comprar opciones y pagar por ellas. Tíécnicamente se llama prima y se desembolsa en el momento en que se firma la operación. Si la apuesta funciona y la cotización sube, no pasa nada porque lo invertido en la prima se recupera con las ganancias. Si no es así, se pierde. Y Alierta perdió varios millones de euros (se calcula que cerca de ocho millones, a precios de mercado) con sus apuestas fallidas de 2007 y 2008.
Ahora el presidente de Telefónica vuelve a apostar. Según un comunicado remitido a la CNMV, ha comprado 10 millones de opciones sobre acciones de la operadora que serán rentables si la cotización supera los 18 euros en junio de 2014.
A los precios actuales (unos 12,50 euros por título cuando la operadora anunció la adquisición; 13,085 euros por acción al cierre), Telefónica tendría que subir un 43% (un 37,6% con el precio de final de jornada) en menos de tres años para que las opciones den dinero. ¿Quíé se juega el ejecutivo? 2,8 millones de euros, ya que cada opción le ha costado 0,28 euros.
Eso significa que, en realidad, las acciones de Telefónica tendrían que estar en 18,28 euros (o al nivel que corresponda una vez ajustados los dividendos que puedan pagarse hasta entonces o el ajuste de ampliaciones de capital) en junio de 2014 para que Alierta comience a ganar dinero y no pierda los casi tres millones invertidos. A partir de ahí, logrará 10 millones por cada euro que los títulos estíén por encima de ese nivel. Esta vez, el envite parece más conservador que los anteriores, ya que 18 euros es una referencia a la que ya ha cotizado la operadora y la subida del 43% suena elevada, pero solo porque Telefónica estaba cuando anunció la compra de opciones de su presidente en sus mínimos de cinco años.