La sequía del interbancario durante el verano se ha hecho patente. La banca española recurrió en agosto a las líneas de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) por un importe cercano a los 70.000 millones. Esta cifra es un 34% superior a la del mes anterior y supone un máximo anual.
Cuando los mercados se cierran, los bancos no tienen más alternativa que recurrir al prestamista de último recurso: el Banco Central Europeo (BCE). Esta máxima se ha cumplido al pie de la letra en agosto. Durante este mes, las entidades financieras españolas han pedido al organismo con sede en Fráncfort 69.918 millones de euros. La cifra más alta en lo que va de año.
Con los datos de julio y agosto se evidencia que la tendencia a la normalización de la apelación al BCE se ha truncado. La sequía del mercado interbancario, donde las entidades intercambian príéstamos a muy corto plazo, y la imposibilidad de realizar emisiones por una cuantía relevante, han llevado a bancos y cajas a recurrir a la institución dirigida por Jean-Claude Trichet.
En los primeros meses del año, la dependencia de los bancos hacia el BCE se había reducido hasta situarse en los niveles de enero de 2008, con 40.992 millones, pero en julio esta deuda repuntó un 9,6%, hasta superar los 52.000 millones.
El porcentaje de la financiación española respecto al conjunto del Eurosistema (21,4%) se ha incrementado paulatinamente en los últimos meses y pone de manifiesto las dificultades de financiación en los mercados mayoristas, ya que a principios de año se situaba en el 15%.
Pese al deterioro de la situación a lo largo de 2011, la apelación al BCE continúa siendo inferior a la registrada el ejercicio precedente. En agosto de 2010, los bancos y cajas españoles pidieron 109.800 millones a este organismo, una cifra un 36% superior a la registrada un año despuíés.
Fuga de depósitos
Las dudas que ha generado la interminable crisis de la deuda griega y su traslado a las previsiones de crecimiento del conjunto de la Eurozona están pasando una costosa factura tanto a los bancos españoles como a los del resto de Europa.
Además, los mercados consideran que el sector bancario deberá anotarse nuevas píérdidas por la revisión a la baja del valor de las carteras de deuda soberana.
Las incertidumbres que se ciernen sobre la zona euro y sus entidades financieras están provocando una fuga de depósitos hacia países con otras divisas, como Suiza (franco suizo) o Noruega (coronas noruegas).
"Todo esto es sintomático del gran temor que existe en Europa hacia su sector financiero", explica a la agencia Bloomberg Kash Mansori, economista jefe de una firma de inversión estadounidense. "Se está viendo que los bancos europeos no se fían entre sí, y que están sacando fondos fuera de la Eurozona, algo similar a lo que pasó en 2008".
Algunos expertos no son tan agoreros. Los analistas de Citigroup consideran "improbable" que se repita una crisis de liquidez similar a la de 2008-2009. "Las entidades han logrado crear importantes colchones de liquidez, mientras que los bancos centrales siguen dispuestos a continuar como prestamistas de último recurso para el sector", apuntan.
Medidas preventivas de BNP Paribas
El grupo francíés BNP Paribas anunció ayer que planea reducir su balance un 10% antes de 2013. En una presentación publicada en su página web, la entidad apunta que se ha marcado como objetivo vender activos ponderados por riesgo por valor de 70.000 millones de euros, a lo largo de los próximos 15 meses. Asimismo, BNP Paribas pretende alcanzar un ratio de capital Tier 1 del 9% antes del 1 de enero de 2013, para adelantarse a los objetivos marcados en la nueva reglamentación bancaria de Basilea III.
La cotización bursátil del banco francíés se ha desplomado un 50% desde comienzos del presente ejercicio. Los analistas han incidido en las píérdidas que tendrá que afrontar BNP Paribas por su elevada exposición a deuda soberana griega.
En esta misma línea, el banco francíés tambiíén señaló ayer que reducirá en 60.000 millones de dólares (43.800 millones de euros) adicionales sus necesidades de financiación en la divisa estadounidense a finales de 2012.