La liquidez se ha convertido en el punto clave para resolver la situación de la CAM. Según fuentes de toda solvencia, la entidad alicantina ha sufrido la salida de 4.000 millones en depósitos desde la ruptura de Banco Base, el proyecto de fusión con Cajastur, en marzo. Aunque la sangría ya se ha frenado, se ha 'comido' los 3.000 millones de liquidez ofrecidos por el Banco de España, que tendrá que prestarle más de 7.000 millones adicionales para poder atender a los vencimientos de deuda de 2011 y 2012.
Esta huida, provocada por el miedo a una eventual quiebra de la entidad, se precipitó en las semanas posteriores a la ruptura de la fusión, cuando se publicó una avalancha de noticias negativas sobre la situación de la caja. Las fuentes citadas estiman esta fuga inicial en unos 2.000 millones.
La publicación de los resultados de los test de estríés, en los que la CAM fue la peor entidad española con un ratio negativo de capital del -2,8% en el escenario negativo, provocó otra fuga de recursos que acabó con la liquidez de la caja, lo que hizo inevitable la intervención del 22 de julio. Por ello, la primera medida anunciada por el Banco de España fue destinar una línea de liquidez de 3.000 millones para hacer frente a esta fuga de depósitos.
Dicha línea ha bastado, según las fuentes, para atender a estos pagos, ya que la salida de depósitos se ha detenido despuíés de la intervención. Pero eso ha vuelto a dejar sin liquidez a la caja, que debe atender a unos enormes vencimientos de deuda a corto plazo: 823 millones en lo que queda de 2011, y 6.910 millones en 2012, según datos de Bloomberg.
Por tanto, será necesario facilitar más liquidez a la entidad para que pueda devolver ese dinero y no incurrir en impago (default). A ella, o a su futuro comprador, puesto que con los mercados cerrados tampoco podrá emitir deuda para conseguir ese dinero. La única alternativa es la ventanilla del BCE, pero se trata de una liquidez a plazos muy cortos- seis meses como máximo- que debe ser refinanciada constantemente y que puede desaparecer en cualquier momento si así lo decide el nuevo presidente del órgano emisor, Mario Draghi.
En cambio, el Banco de España tendrá que ofrecer a la CAM una liquidez a un plazo mayor y a tipos superiores, aunque no tan elevados como los que tendrían que pagar ahora los bancos españoles para emitir. El cuaderno de venta de la caja que Merrill Lynch ha facilitado a varios potenciales compradores incluye una línea de liquidez de 2.800 millones, según La Vanguardia, pero las fuentes consultadas estiman que será necesario mucho más a la vista de estos vencimientos.
"Despuíés de la intervención, nadie va a prestar un euro a la CAM, jamás a poder volver al mercado. Así que tendrá que sacar de algún lado la liquidez para hacer frente a los vencimientos. Y esa va a ser la clave para la venta de la entidad, la liquidez ahora importa mucho más que el EPA (esquema de protección de activos) tal como están los mercados", explican. Se estima que ese EPA puede alcanzar los 3.000 millones, que se sumarían a los 2.800 de capital comprometidos por el FROB.
La intervención se va aclarando
Con este dato de fuga de depósitos se van completando las causas de la intervención de la entidad, que todavía no han sido explicadas a la opinión pública ni al Parlamento por el gobernador Fernández Ordóñez (como tampoco lo fueron las de CCM y CajaSur). Oficialmente, el Banco de España justificó la sustitución de los administradores por "la imposibilidad de encontrar de inmediato una solución viable para el negocio financiero del grupo", pero la falta de liquidez fue sin duda lo que hizo insostenible la continuidad de la CAM.
Asimismo, como explicó El Confidencial en agosto, los anteriores gestores de la entidad plantearon un desafío al Banco de España al anunciar la amortización de las cuotas participativas a un precio superior al de mercado para evitar que los inversores asumieran las píérdidas de la entidad. Confiaron en que, en plena crisis de la deuda europea y despuíés de que MAFO negara que ninguna entidad necesitaba más capital, no iba a atreverse a intervenirla. Pero se equivocaron y al día siguiente se acababa la historia de la CAM como entidad independiente.