El salto al parquíé de Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado (Selae) estará impulsado por su política de retribución. Los sorprendentes doce pagos anuales a los que se ha comprometido la compañía tras su salida a bolsa en octubre son un dulce para el inversor, que tambiíén puede atragantarse por las comisiones que suponen cada cobro de dividendo.
Para evitar que el importe que al final ingresa el accionista se vea muy reducido, la compañía ha negociado con las entidades para recortar e incluso eliminar la comisión mínima por el cobro de estos pagos.
Según fuentes cercanas a la colocación a las que ha tenido acceso elEconomista, Selae ha conversado con los grandes bancos con el objetivo de que esta novedosa forma de remunerar, que en principio es el mayor atractivos del título, no acabe siendo un handicap para el pequeño inversor.
Cada vez que el accionista recibe una retribución hay que tener en cuenta la retención fiscal (la actual es entre 19-21%), pero tambiíén esta comisión de gestión que reclama la entidad fi- nanciera. Aunque normalmente se trata de un porcentaje sobre el dividendo neto, además se establece una cantidad mínima. De hecho, lo más habitual es que los accionistas minoritarios sufran el cobro de este importe mínimo. Es aquí donde la compañía parece superar el escollo para que su retribución no pierda el atractivo inicial y el pequeño inversor pueda acogerse al porcentaje, sin un mínimo establecido. Acaba así con el gran inconveniente al que se enfrentaría sobre todo el inversor no institucional.
Y es que en este caso el importe que dejaría de ingresar el accionista sería muy elevado por la división del dividendo en 12 pagos, ya que cada mes tendría que asumir la comisión mínima. Un ejemplo. Para un particular que invierta 1.000 euros y tenga que asumir un importe mínimo de 0,60 euros por título, que es lo que mantiene en estos momentos una de las principales entidades españolas, el accionista cobraría, una vez descontada la retención, unos 4,46 euros por acción al mes, mientras que si se elimina este mínimo, se limitaría a un 0,25% de comisión, con lo que el inversor prácticamente no tendría penalización e ingresaría unos 5,05 euros por acción.
Estos importes son un ejemplo de lo que supondría que la compañía logre ofrecer una rentabilidad por dividendo anual de hasta el 7,5%, como tiene previsto, tras destinar un 80-85% de su beneficio a la retribución (pay out).
Otro de los objetivos que se marca la compañía es debutar con una valoración que al menos alcance los 21.000 millones de euros, como adelantó el presidente de la sociedad, Aurelio Martínez, en abril. Incluso hay quien eleva la cifra a 23.000-25.000 millones de euros.
Posibles vías para crecer
Una historia de crecimiento es normalmente el reclamo perfecto para que los inversores se lancen a una nueva cotizada. En esta ocasión, la aventura de SELAE en bolsa no lo lleva consigo al no tener todavía una estrategia claramente diseñada, pero la compañía considera que su crecimiento puede estar encaminado principalmente hacia el juego on line y por su tecnología, además de por la capacidad para atraer a más jugadores cuando ofrece grandes botes.
En estos momentos, el 95% de los ingresos de Selae proceden del mercado reservado, en donde se incluyen los juegos de Lotería Nacional, BonoLoto, La Primitiva y el Euromillón, y sólo un 5% de las quinielas, apuestas deportivas y juegos on line, entre otros. Y es que las ventas on line tan sólo suponen actualmente entre un 1 y un 1,5% del total, un porcentaje irrisorio que la compañía contempla como una posible vía de crecimiento de cara a un futuro, pero que en países teóricamente más adelantados, como Finlandia, sólo representan el 6% de las ventas.
Además, la compañía espera que el desarrollo del negocio en el mercado reservado pueda venir de su sistema tíécnico de Loterías (STL), que puede ser una de las claves para ampliar su negocio en el exterior, y de ofrecer grandes botes. Una posibilidad que se dejaría notar notablemente no tanto en España (un país con larga trayectoria y numerosos juegos), sino en otros países como es el caso de Portugal.