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Autor Tema: La civilización está en crisis...  (Leído 354 veces)

OCIN

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La civilización está en crisis...
« en: Septiembre 18, 2011, 06:47:27 pm »
Por...  Carlos Fuentes

¿Tendrá la cultura oportunidad de darle forma y contenido?
En La decadencia de Occidente (1918) Oswald Spengler se esforzó por distinguir "civilización" y "cultura". "Civilización" es el destino de una cultura. O sea, la cultura precede a la civilización y es su cumplimiento.

La cultura fue llamada "paideia" por los griegos, "humanitas" por la escolástica medieval y finalmente, cultura por el Renacimiento, cuando John Dee, astrólogo en la corte de Isabel I, separó la cultura (modelo humano) de la civilización (dominio de la mecánica y la tecnocracia).

Evoco estos antecedentes para tratar de comprender el complejo y agitado escenario de eventos recientes y actuales en el Mediterráneo y Europa. En Egipto y Túnez sendas revoluciones derrocaron a viejas dictaduras personales. Su arma: la tecnologí­a actual, Facebook, Twitter e iPhone, a veces controlables, casi siempre no, por las autoridades. Lo mismo está pasando en Libia y en Siria, dos regí­menes de mano dura, el de el-Gadafi en Trí­poli y el de El Assad en Damasco, donde la fuerza oficial reprime a los opositores, sin derrotarlos. Es previsible que gane la oposición, y enseguida, se plantean los problemas de la cultura, religión, e identidad, así­ como los de la civilización, modernización, medios, desarrollo.

Menos previsible fue el gran movimiento en Israel, que representa una aspiración al regreso de los valores de igualdad, trabajo y colectivismo de la fundación y en contra de la plutocracia y el ríégimen conservador, y, de paso, contra la polí­tica contra Palestina. La avenida Rothschild de Tel Aviv, de punta a punta, ocupada por tiendas de campaña y miles de ciudadanos en protesta.

En España, el movimiento de los "indignados" ha sido expulsado de la Puerta del Sol para recibir al Papa Benedicto XVI. El hecho es que los descontentos se desplazan y reúnen con una agenda y un liderazgo aun imprecisos, salvo en un punto. No le dan confianza a ninguno de los dos granes partidos. Rajoy se cierra. Rubalcaba se abre. La polí­tica española no volverá a ser la muy ordenada, previsible y bipartidista de ayer.

El descontento se manifiesta polí­ticamente en Italia y en Francia. Berlusconi ya está contra las cuerdas, temeroso de perder el poder y confrontar juicios de los que hoy lo salva su inmunidad. En Francia, Sarkozy llama al gabinete para preveer y sólo Alemania, entre los grandes, se siente segura pero se siente amenazada por las sucesivas situaciones en Irlanda, Portugal y Grecia, que ponen en entredicho no sólo la unidad sino la viabilidad de la unión europea. ¿Peligra la moneda común, el euro? ¿Se pueden cerrar fronteras? ¿Quíé pasará con el trabajo migratorio? ¿Se salvarán los quebrados?

El extremismo que apareció en los Paí­ses Bajos con el partido (tercero en las elecciones) de Geert Wilders y que se evidenció con el anti-islamismo de cierta prensa en Dinamarca, alcanzó su lí­mite más rabioso, criminal e inaceptable en Noruega. La salvaje matanza de la isla Utoya perpetrada por el joven fanático Anders Behring Breivik rompe cualquier complacencia acerca de la estabilidad en paí­ses de progreso y de orden. Un nuevo Breivik podrí­a surgir en cualquier paí­s de Europa, alentado por el macabro modelo de Noruega.

Y en la Gran Bretaña, violencia callejera extendida, de Manchester a Birmingham a Londres y sólo en Londres violencia en los distritos de Tottenham, Enfield, Islington, Croydon, Camden y quince más. Los malhechores, jóvenes entre 10 y 25 años, sin trabajo y sin escuela, asiáticos, africanos y británicos. Tambiíén bandas de jóvenes criminales organizados y desplazables de una ciudad a otra. Personas normalmente tranquilas y trabajadoras contagiadas por lo que Elias Canetti estudió en el movimiento de la muchedumbre: el instinto de sobrevivir colectivamente, con o sin reglas. Así­ se entiende que jóvenes educados y acomodados se unan a la masa del desorden, el crimen y la voluntad de violencia.

El Partido Laborista y su dirigente, Ed Miliband, se unieron a la polí­tica general contra la violencia propuesta por el Primer Ministro David Cameron en la Cámara de los Comunes. Inevitablemente, Miliband se ha deslindado para indicar que detrás de la violencia hay serios problemas. Recortes presupuestales a la educación y la salud. Educación denegada. Elitismo sospechado y sospechoso. Familias desordenadas, madres solteras, padres irresponsables. La necesidad, como indica Miliband, de ir a la base de los problemas y abrirles oportunidades a miles de jóvenes que no contemplan otra actividad que la inercia, el pandillismo y la violencia.

Y en Estados Unidos, al cabo, el descenso de ingresos y calidad de vida de la gran clase media se articula poco a poco, a medida que se aclara lo que Joaquí­n Estefaní­a llama la crisis del contrato social. Los más altos ejecutivos reciben emolumentos de cuarenta a cuatrocientas veces más grandes que el salario medio. Máximos beneficios, ruptura del sistema social, exclusión del Estado y de los asalariados.

El "Tea Party" de los Estados Unidos representa la extrema actualidad polí­tica de lo que dice Estefaní­a. Ya tendremos tiempo de hablar, y mucho, sobre la actualidad polí­tica norteamericana y lo que parece ser, en sus discursos del Middle-west, la reacción del Presidente Obama tras de sus infructuosos tratos con la oposición republicana.

La civilización está en crisis. La cultura pervive. ¿Tendrá la cultura oportunidad de darle forma y contenido a la nueva civilización que se adivina detrás de la tumultuosa actividad en Europa y el Mediterráneo? ¿Podremos darle la novedad que está reclamando la civilización con la tradición propia de la cultura? ¿Quíé papel jugarán en todo esto las novedades tecnológicas, Twitter, Facebook, iPad?

Tiempos interesantes.
Suerte en su vida y en sus inversiones.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...