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Autor Tema: Loterí­as del Estado sale a la bíºsqueda de los depósitos bancarios  (Leído 251 veces)

Eguzki

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Esta salida a bolsa aumentará aún más la tensión que las entidades financieras sufren para captar dinero de clientes particulares.

La salida a bolsa de Loterí­as del Estado, prevista inicialmente para el 18 de octubre, va a aumentar aún más la tensión que las entidades financieras sufren para captar dinero de clientes particulares. Lograr estos recursos les permite equilibrar sus balances ante el cierre de los mercados mayoristas.

La empresa pública va a ser privatizada en un 35%, lo que va a suponer detraer de los mercados una cantidad superior a los 7.000 millones de euros, según las valoraciones que los bancos asesores de la operación hacen de la compañí­a. Aurelio Martí­nez, presidente de la sociedad, entiende que el público objetivo de esta colocación es el pequeño ahorrador individual que quiere obtener una renta periódica y razonablemente segura por sus ahorros.No atrae tanto a quienes buscan una revalorización elevada de su acción; es decir, que coincide bastante con quien contrata depósitos a plazo.

Por eso se ha empeñado, desde que empezó a diseñarse la operación de salida a bolsa, en que las acciones de Loterí­as vayan a ofrecer una rentabilidad por dividendo elevada. Se calcula que estará próxima al 8% en relación al precio de salida y que será recibida por los inversores mensualmente en lugar de sólo tres o cuatro veces al año como ocurre en el resto de las empresas cotizadas.

La acción de Loterí­as se entiende que deberí­a ser bastante estable en cuanto a su cotización. Los ingresos de la compañí­a son predecibles y los gastos están acotados a los premios que se reparten, en torno al 60% de los ingresos. El resto apenas suponen un 1%. Los beneficios despuíés del impuesto de sociedades girarí­an alrededor del 20% de los ingresos. Los cálculos que hacen los colocadores es que el pay out (porcentaje del beneficio que destina al dividendo) de la sociedad estará cerca del 85%.

Con estos datos, y la decisión de pagar mensualmente dividendos como si se tratara de una cuenta corriente de alta remuneración o un depósito a plazo, parece claro que el dinero a captar está en la actualidad en esos tipos de productos financieros. Por eso no extraña que haya habido una clara resistencia por parte de los bancos colocadores a la idea del dividendo mensual.

Razones para oponerse
Las razones que se daban para oponerse iban más por la dificultad administrativa de hacerlo. Ninguna empresa cotizada lo hace, porque puede influir en la evolución de la acción, ya que el precio siempre oscila cuando se acerca la fecha del pago de dividendos. El rechazo era por este motivo, más que por la realidad de que, en estos momentos, a nadie le gusta ofrecer a travíés de su red minorista un producto que compite directamente con los suyos propios. Justo cuando las entidades están muy necesitadas de mantener a su clientela particular y de aumentarla, en lo posible, especialmente en lo que se refiere al pasivo.

La colocación coincidirá además con la desatada nueva guerra del pasivo porque vencen la mayor parte de los depósitos contratados ahora hace un año cuando se produjo el anterior episodio de la misma. Las entidades necesitan conservar sus clientes y aumentarlos en la misma medida en que vencen emisiones de deuda en los mercados mayoristas. í‰stos llevan cerrados desde mayo pasado, cuando se produjeron las últimas salidas a bolsa de los grandes bancos españoles. La operación empieza a enfrentarse a voces que, como ocurrí­a en el caso de Bankia y de Cí­vica, son partidarias de aplazarla por la situación de los mercados, pese a que “a dí­a de hoy nadie ha dicho que no vaya a hacerse”, según un portavoz.

El problema, en todo caso, va a ser encontrar inversores institucionales que suscriban el 40% de la salida a bolsa. Los gestores de Loterí­as ya han estado en Londres y Zurich y tienen previsto hacer una ronda por Nueva York, Boston, Munich, además de hacer presentaciones a los institucionales españoles.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores ya ha comunicado que el 40% de tramo institucional no puede rebajarse a pesar de que la normativa sobre oferta pública de acciones no establece lí­mites al respecto como tampoco lo hace acerca de si debe haber o no tramo internacional. Se trata más de una sugerencia obligatoria que de una obligación propiamente dicha. Ya se estableció en las salidas a bolsa de los dos bancos de cajas de ahorros que lo han hecho y todo indica que se ha instituido como una condición previa. Igual que se pide que haya un número mí­nimo de inversores institucionales en la colocación.

La justificación de esa distribución es que, de esta manera, la formación del precio de salida es más transparente y se acerca más a lo que los mercados consideran razonable. Es así­ porque son los mercados, a travíés de los inversores institucionales, quienes realmente lo establecen y no la compañí­a que empieza a cotizar ni los bancos colocadores contratados. El problema es que eso significa que se considera que todas las compañí­as que cotizan son iguales, desde el punto de vista de establecer el retrato robot de sus accionistas, cuando todo el mundo sabe que no es así­.