El cierre de los mercados está provocando que la banca exprima a su red de oficinas para poder captar liquidez y reforzar el capital. Conozca las características de estos productos que podrían ofrecerle en su sucursal:
¿Quíé son los pagaríés?
Son títulos de renta fija que se emiten a plazos de entre 3 y 18 meses y, normalmente, se colocaban hasta ahora entre clientes institucionales, principalmente a empresas que querían sacar rentabilidades a sus picos de tesorería. Pero Santander acaba de lanzar una macroemisión de hasta 7.500 millones, que comercializará a travíés de su red, y BBVA tambiíén se ha sumado a esta nueva tendencia con otros 10.000 millones de euros.
¿Con quíé producto se puede comparar?
Funcionan de forma similar a las letras del Tesoro Público, puesto que se emiten a los mismos plazos (a 3, 6, 12 y 18 meses). En este caso, el garante es un emisor privado, por lo que el cliente debe conocer la calidad crediticia de la firma que vende los títulos. BBVA y Santander tienen un ráting AA, según la agencia de calificación estadounidense Standard & Poor’s, el mismo que el del Estado. Es decir, los tres tienen el mismo riesgo de impago que, en estos casos, es muy bajo.
¿Quíé riesgos presentan?
Estos títulos cotizan en un mercado secundario, por lo que sus precios pueden sufrir vaivenes. El inversor podría asumir píérdidas si tuviera que vender los pagaríés antes de su vencimiento. No obstante, su escasa liquidez dificulta la posibilidad de deshacerse de ellos antes del plazo contratado.
¿Quíé diferencias hay con un depósito?
Los pagaríés presentan un riesgo más elevado que los depósitos, puesto que estos últimos están respaldados por el Fondo de Garantía. Las entidades han empezado a comercializar pagaríés en lugar de depósitos porque la nueva regulación pone límites a las rentabilidades que puede ofrecer el sector financiero por estos últimos. Al final, por una u otra vía persiguen el mismo objetivo: captar financiación a corto plazo.
¿Y la deuda subordinada?
Popular tambiíén lanzará deuda subordinada, pero con otro objetivo: reforzar su capital de segunda categoría o Tier 2. Presenta más riesgos que los pagaríés, las letras o los depósitos. En el orden de prelación, los inversores se sitúan por detrás de los tenedores de la deuda de más calidad. Tambiíén cotizan en un mercado secundario y tampoco cuentan con una liquidez muy elevada, lo que dificulta poder desprenderse de ellos antes de su vencimiento.