El caos que reina en el mercado de deuda soberana, en el que se juega en estos momentos el futuro mismo de la Unión Europea, ha puesto contra las cuerdas a la banca del Viejo Continente. La caída registrada por el sector desde comienzos del agosto negro que han vivido las Bolsas -el peor en 13 años para la española- ha sido del 26,10% de media en Europa. La espectacularidad de esta crisis, sin embargo, ha podido enmascarar el temor que despierta otro gran fantasma: el de que el planeta caiga en una segunda recesión sin haberse levantado de la primera. Un miedo que ha tumbado al sector de las materias primas en Europa un 28,88% desde agosto.
"Hay mucha incertidumbre sobre cuánto van a crecer los grandes países, pero lo que parece claro es que será menos de lo previsto", expone Soledad Pellón, analista de IG Markets. "Ante la perspectiva de que disminuya el consumo, los primeros que sufren son los valores cíclicos, especialmente las materias primas", expone. Una situación que se ha visto agravada por las advertencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que las grandes economías pueden volver a entrar de forma "inminente" en cifras negativas.
Un temor que ha tomado fuerza cuando el organismo ha empezado a corregir, a la baja, sus previsiones de crecimiento para las grandes y medianas potencias. Así, en lo que va de septiembre, las compañías relacionadas con materias primas del índice europeo Stoxx 600 han caído un 17,85%. Las de banca, fuertemente castigadas por la posibilidad de un impago griego, se han dejado un 10,53%. La diferencia es cada vez más evidente. En los últimos 10 días, el negocio de las commodities registra caídas del 15,02% frente al 2,80% de la banca.
En España, que suma un 21% de paro a los problemas de la economía mundial, la empresa de materias primas que más sufre es ArcelorMittal. Especializada en el negocio del acero, acumula un descalabro del 46,58% desde el 1 de agosto. Solo en septiembre ha cedido un 24,48%. Le sigue su competidora Acerinox, que pierde un 27,77% y un 17,54%, respectivamente, en los periodos citados.
Las expectativas del consumo, además, se rebajan con cada plan de recorte que aprueba Europa. "El contexto económico actual, en situación de estancamiento político y austeridad" está "frenando el crecimiento en la mayoría de países de la OCDE", cita Barclays, en un reciente informe, para explicar la caída del crudo. El barril de Brent ha bajado un 10,73% desde el inicio de agosto. Y las petroleras detrás, como Repsol que se ha dejado un 14,07% en dicho plazo.
Dada la persistencia de las dudas que tiene el mercado, desde IG Markets solo ven algo de luz para las empresas de alimentación, que se ven "más influidas por los cambios meteorológicos" que por los macroeconómicos.
Las cifras
29% han caído las empresas del sector de materias primas en Europa desde inicios de agosto.
26% se ha dejado en el parquíé la banca cotizada de Europa en el citado periodo.
El rally del oro y la plata se revierte
Uno de los movimientos más sorprendentes de las últimas semanas ha sido el descalabro que ha comenzado a padecer el oro. Valor refugio de referencia, el metal dorado ha venido beneficiándose de las turbulencias que han sufrido los parquíés y la deuda soberana europea en los últimos meses. Un panorama que le llevó a alcanzar los 1.900 dólares por onza a comienzos de este mes. Sin embargo, al acentuarse el temor a una nueva recesión, el oro ha sufrido una fuerte corrección, del 15,82% desde el inicio de septiembre. Los expertos exponen que la prioridad de los inversores empieza a ser la liquidez, por encima de la seguridad, mientras que otros aluden a que una parte del metal, si bien casi de forma testimonial, tiene un uso industrial. Ayer cotizaba a 1.599 dólares la onza.
Más acusado ha sido el desplome sufrido por la plata. "Es normal, tiene muchos más usos industriales", expone Soledad Pellón, de IG Markets. Ciertamente, este metal es una pieza clave en el mercado electrónico, mientras que solo una díécima parte del oro termina siendo utilizado para usos prácticos. La plata comenzó el año con un espectacular rally que la llevó hasta los 48,44 dólares por onza, en abril, su máximo histórico. Tras una importante corrección, se mantuvo estable en torno a los 40 y subiendo, hasta que concluyó agosto. Desde entonces, la plata ha caído un 28,7% hasta perder la cota de los 30 dólares por onza. Solo el viernes pasado, este metal se dejó un 13%, en su peor jornada desde 2008.