¿No son los mismos de la SGAE?
Deloitte Touche Tohmatsu Ltd fue acusada de no lograr detectar fraude durante auditorías hechas en una de las mayores firmas hipotecarias privadas que colapsó durante el desplome del mercado inmobiliario de Estados Unidos.
Un fideicomiso que está supervisando la quiebra de Taylor, Bean & Whitaker Mortgage Corp (TBW), y una de sus subsidiarias presentaron una demanda ante un tribunal de Florida contra la firma contable y de consultoría más grande del mundo reclamando píérdidas combinadas de 7,600 millones de dólares.
Deloitte “certificó que TBW era una compañía solvente, viable, con precisos estados financieros cada año desde el 2001 hasta el 2008â€, señala uno de los reclamos presentados.
“A pesar de la acreditación y experiencia de Deloitte como una de las ’4 Grandes†empresas contables, esas declaraciones y las otras imágenes optimistas que proporcionó de TBW eran completamente falsasâ€, agrega la demanda.
El portavoz de Deloitte [DLTE.UL] Jonathan Gandal dijo que “los reclamos son totalmente infundadosâ€.
Esta es la más reciente de una serie de demandas que han golpeado a las principales firmas contables por su papel en la crisis de críédito.
Pricewaterhouse Coopers, KPMG y Ernst & Young tambiíén enfrentan acusaciones respecto a sus estándares de auditoría por parte de inversores que buscan colectivamente recuperar miles de millones de dólares que perdieron en la crisis financiera.
Lee Farkas, el ex presidente de Taylor, Bean and Whitaker, fue sentenciado en abril a 30 años en prisión por ser el cerebro de lo que los funcionarios estadounidenses describieron como uno de los fraudes más grande de la historia.
Los funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos dijeron que Farkas llevó a cabo un fraude de 2,900 millones de dólares que provocó la caída y el colapso de una de los bancos regionales más grandes de Estados Unidos, el Colonial Bank.
Farkas fue acusado de ejecutar un amplio plan para cubrir las enormes píérdidas en Taylor, Bean que tenía sede en Ocala (Florida), moviendo fondos entre cuentas en Colonial Bank y tambiíén mediante la venta de príéstamos hipotecarios que o bien no existían, no poseían valor alguno, o ya habían sido vendidos