Sacyr ha enviado a Santander, como agente del críédito que soporta la participación del 20% en Repsol, una carta con su propuesta de refinanciación. La constructora pide una ampliación de tres años en el plazo de amortización de los 4.900 millones que debe a un sindicato de más de 40 bancos. Las garantías son las propias acciones de la petrolera y tres filiales de Sacyr: Testa, Valoriza y Vallehermoso, con las que dice conseguir un ratio de cobertura del 150% sobre el saldo vivo.
El presidente de Sacyr, Luis del Rivero, llega con un as bajo la manga al consejo de administración que celebra hoy su empresa. Tras el duro varapalo sufrido en la reunión del consejo de Repsol, donde el presidente Brufau sacó adelante una cuestión de confianza apoyado por La Caixa y ha puesto contra las cuerdas el pacto Sacyr-Pemex, Del Rivero va a mostrar a sus consejeros el primer avance en busca de la refinanciación del críédito que soporta a Sacyr en el capital de la petrolera.
Según ha podido saber CincoDías, el grupo constructor envió el miíércoles una carta al Santander en la que se avanzan las grandes líneas de lo que será la negociación con la banca en busca de ampliar tres años la vida del príéstamo de 4.900 millones que vence el 21 de diciembre. El banco de Emilio Botín, como agente de la financiación, ha trasladado la misiva a las más de 40 entidades que forman el sindicato.
El documento está firmado por el director financiero de Sacyr, Fernando Lacadena, y rebaja la vigencia del críédito de los cinco años que Sacyr firmó en 2006 a un nuevo periodo de tres años. De momento no se especifica si Sacyr pedirá 12 meses más de prórroga.
La propuesta llega tras múltiples contactos unilaterales de Lacadena y Del Rivero con sus acreedores. Entre los detalles más llamativos figura un ratio de cobertura del 150%, conseguido a travíés de cuatro garantías sobre los 4.900 millones del príéstamo. Esas prendas son el paquete del 20% en la petrolera, la patrimonialista Testa (99,3% de Sacyr), la inmobiliaria Vallehermoso y la división de servicios de Sacyr, Valoriza.
Las alarmas para la aportación de nuevas garantías se encenderían cuando el valor de Repsol en Bolsa, sumado al resto de activos, no alcanzara el 135% del saldo vivo del príéstamo. Fuentes financieras calculan que esa situación se daría si la cotización de la petrolera cae por debajo de los 15 o 16 euros por título. Repsol cerró ayer en Bolsa a 19,9 euros por acción, frente a los 26,7 euros de media a que Sacyr compró hace cinco años.
Otros datos relevantes están en el precio que la constructora pretende pagar por el críédito. Tras sondear a sus acreedores durante los últimos meses, la empresa propone una comisión de apertura del 2% (96 millones sobre un total de 4.908 millones). A partir de ahí respondería a un interíés de euríbor más el 3,5%. Hasta ahora, la empresa pagaba aproximadamente euríbor más un 1,2%, a lo que hay que sumar un derivado por el 3%. Sacyr ha venido afrontando la factura del críédito con los dividendos que paga Repsol.
A partir de aquí, se abren unas negociaciones en las que no ayuda el enfrentamiento con La Caixa en el seno de la petrolera.
Debilidades
Sacyr no ha contado a sus acreedores cómo pretende sustituir a los bancos que van a salir del críédito. Es muy probable que lo hagan Citibank, la banca portuguesa y varias cajas. Su exposición supera los 1.200 millones.
La empresa no ha ofrecido la valoración de tres de sus garantías ante la banca: Vallehermoso, Valoriza y Testa. Esa tasación saldrá de la valoración de los activos menos la deuda.
Pemex analizó el príéstamo antes de pactardebilidades
Cuando Pemex habla del futuro de Repsol, sus responsables siempre responden con los problemas de Sacyr. Esta es una de las quejas que la compañía mexicana ha trasladado tanto a Antonio Brufau como al resto del consejo.
El argumento de Pemex para explicar su alianza con el grupo constructor es que ambos accionistas llevan varios años insistiendo en lo mismo: enfoque hacia inversiones rentables y cambios a nivel de gobierno corporativo, lo que incluye el refuerzo de la gestión con el nombramiento de un consejero delegado -consensuado por los distintos partícipes- y la elección de consejeros independientes con un perfil más profesional.
Más allá de estos intereses comunes, Pemex no entra a valorar las actuales disensiones entre los accionistas de Sacyr. Ni siquiera opina sobre la relación de la compañía que preside Luis del Rivero con la banca acreedora.
Sin embargo, fuentes conocedoras del acercamiento de Sacyr y Pemex en los últimos meses aseguran que la compañía estatal mexicana realizó una due diligence (auditoría contable) sobre la situación del críédito de 4.908 millones que soporta la participación de Sacyr en Repsol. La cuestión es que solo iba a firmar la alianza si la refinanciación estaba más o menos asegurada, algo que Luis del Rivero garantiza desde principios de año. El examen de Pemex fue concluyente: Sacyr tenía grandes posibilidades de renovar la financiación y mantener en sus manos el 20% de Repsol.
Un síntoma de la seguridad del presidente en que las negociaciones llegarán a buen puerto es que el 31 de julio dejó pasar la oportunidad de activar la prórroga automática del críédito, que ofrecía 12 meses de oxígeno.