Las sacudidas de esta crisis están dejando sus heridas más visibles en el mercado laboral. Los expertos hablan de, como mínimo, diez años para volver a niveles anteriores a la recesión. El mayor obstáculo, casi cuatro años despuíés del estallido de la burbuja, sigue siendo la construcción.
Más allá de primas de riesgo, índices bursátiles y díécimas arriba o abajo de PIB, está la economía real. Y ahí no hay duda: el paro muestra la cara más dramática de la crisis. Desde 2007 (aún íépoca de bonanza), España lleva 15 trimestres perdiendo puestos de trabajo (ver gráficos). Así, se ha destruido un 12% de empleo total. Las últimas cifras de la Encuesta de la Población Activa hablan de 4,8 millones el número de desempleados en el segundo trimestre, mientras que los datos de septiembre de paro registrado se conocerán hoy.
El empleo siempre pierde
Lo cierto es que tradicionalmente en España el empleo paga los platos rotos de las recesiones. En la crisis que de finales de los 70, se necesitaron 52 trimestres (13 años) para recuperar el nivel de puestos de trabajo previo (35 trimestres seguidos con caídas desde 1976, es decir, más de 8 años). En la anterior a la actual, la de principios de los 90, el episodio fue más corto: la recuperación llegó despuíés de 22 trimestres, con 10 de ellos cuesta abajo.
Eso sí, la coyuntura actual cuenta con rasgos propios: se produjo tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Como muestra J. Ignacio Conde-Ruiz, analista de Fedea en el blog NadaesGratis, si se analiza el comportamiento del mercado laboral, sin tener en cuenta la destrucción de empleo en la construcción, tiene un perfil muy parecido al de la crisis pasada, la de la díécada de los noventa, sobre todo si se observan únicamente el sector servicios y la industria
“Hay una bolsa de un millón de desempleados del sector de la construcción, a la que si se añaden los de sectores dependientes de la industria, puede llegar a 1,5 millones de personasâ€, explica íngel Laborda, director de Coyuntura de la Fundación de Cajas de Ahorros.
Pero la diferencia respecto al pasado no sólo está en que ahora la mayoría de los parados y los más difíciles de recolocar provienen del ladrillo. “En ese sector se sigue destruyendo empleo, mientras los servicios llevan casi un año creandoâ€, dice Laborda.
Tambiíén se encuentra en que en las recesiones anteriores, precisamente ese sector sirvió de estímulo para la reactivación, algo impensable en estos momentos. “Todavía hay 700.000 viviendas en 'stock' y la inversión pública está paralizadaâ€, explica Laborda
¿Felices 20?
Con este contexto, los analistas no auguran una recuperación total hasta dentro de diez años. “Aunque la caída ha sido rápida y menos profunda, y el año que viene podría tocar fondo, la recuperación se producirá de forma más lenta que la crisis de los años 70â€, añade el economista de Funcas. Florentino Felgueroso, profesor de la Universidad de Oviedo y director de la Cátedra de Capital Humano y Empleo Fedea-Santander, tambiíén habla de la necesidad de una díécada para volver a niveles previos a la recesión.
Donde hay más dudas es sobre quíé alternativa puede haber a la construcción para demandar mano de obra. Aunque nadie sabe cómo será el camino para llegar a estos ‘felices 20’, los expertos dan algunas pistas.
Dónde buscar
Por ejemplo, el informe ‘Una agenda de crecimiento para España, elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y McKinsey, indica que las actividades relacionadas con los servicios locales y los servicios profesionales tienen capacidad de crear hasta 2,5 millones de puestos de trabajo sostenibles.
Según otro trabajo elaborado por Florentino Felgueroso, si comparamos el mercado laboral español con el de Holanda o Suecia –países con sistemas económicos de mayor productividad-, España necesitaría entre tres y cinco millones de trabajadores más con perfiles no manuales o tíécnicos. Un espacio que podrían cubrir los parados.
En todo caso, “hay que ver quíé sectores tiran más, pero eso es algo que tienen que elegir los empresarios, no lo pueden decidir los gobiernosâ€, añade Laborda. “Lo único que se puede hacer para favorecer la contratación es una reforma laboral y de la educación, pero sus efectos se tardan en verâ€, concluye Felgueroso.