La Corte Suprema acogió hoy un recurso de protección que permitirá a una firma chilena de la región sureña del Bíobio el cultivo de marihuana con fines medicinales, pese a la oposición del estatal Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
Según fuentes judiciales, el máximo tribunal chileno determinó que la empresa Agrofuturo siga con sus labores ya que se estableció que el SAG no respetó el principio de igualdad ante la ley, al revocar un permiso otorgado para la plantación sin realizar una audiencia previa en la que se permita a la firma exponer sus argumentos.
Agrofuturo contaba desde el pasado 31 de enero con el permiso para el cultivo, siembra, plantación y cosecha de "cannabis sativa" en un predio de la región del Biobío, a unos 500 kilómetros al sur de Santiago, sin embargo el organismo gubernamental revocó la autorización luego de consultas con otros organismos del Estado.
La decisión del SAG se fundamentó en una resolución emitida por el Instituto de Salud Pública (ISP), que rechazó conceder a la empresa el registro sanitario para un fitofármaco con marihuana como ingrediente.
El abogado de la empresa Agrofuturo, Pablo Stevens, dijo hoy que tanto íél como sus representados "están plenamente satisfechos por el logro alcanzado".
En declaraciones a Radio Cooperativa, el letrado precisó que hubo un equívoco en la resolución del SAG "y por lo tanto, queda abierta la posibilidad que el organismo estatal de cumplimiento ahora a esa omisión en el evento que estime conveniente que debe invalidarse el acto administrativo".
Stevens enfatizó que la situación sería solamente "para invalidar el acto administrativo" y no "revocar" el procedimiento, recurso que la Corte consideró inadmisible y que usó de argumento para fallar en contra de la resolución adoptada por la institución sanitaria.
La legislación chilena actual no hace diferencias entre el cultivo para uso personal o comercial de drogas y considera ambos casos como narcotráfico.
Hace un tiempo, sin embargo, la justicia absolvió a una mujer enferma de artrosis que cultivaba marihuana con fines medicinales, lo que unido a otros casos similares abrió un debate en el país