Análisis Hodar: si Wall Street sube será porque toca subir
Por Josíé Antonio fernández Hódar en Expansión
El martes pasado los principales índices bursátiles de París, Francfort y Madrid cerraron la tercera jornada consecutiva a la baja, algo que parecía normal, ya que tanto el Dow Jones como el S&P 500 habían abierto con tímidos retrocesos y estaban marcando nuevos mínimos anuales cuando las bolsas europeas cerraban sus puertas.
Ya estamos acostumbrados, y no coge de sorpresa, que el mercado norteamericano tire abajo a las bolsas del Viejo Continente y cuando íéstas han terminado la sesión, se den la vuelta y se pongan a subir como motos. Luego ocurre que al día siguiente Europa sube y ellos recogen beneficios.
Seguro que hay arbitrajes y estos movimientos con el paso cambiado no son una casualidad. Siempre hay algún bróker que compra en el mercado que baja y vende los mismos títulos en el que sube. Los líderes europeos se pasan la vida de reunión en reunión y a la “troika†le faltan horas para ir saltando de una a otra.
Ya verán si no termina por alquilar una mansión en el lago Constanza y trasladarse a vivir allí hasta que deshagan todos los entuertos. Bernanke y Trichet han criticado la falta de empuje de los gobiernos para atajar, más pronto que tarde, la incertidumbre que está azotando a todas las economías del planeta.
El martes saltaron las alarmas con el desplome en bolsa de la entidad franco-belga Dexia cuyas acciones cayeron más del 30% y arrastraron a todo el sector financiero europeo. Pero algo se va avanzando y algo se va ganando en confianza, lo que ha permitido al Ibex 35 cerrar la semana con una ganancia del 3%.
Al final las buenas intenciones se torcieron en bolsa. El viernes salieron de rebajas las agencias de calificación y cortaron por lo sano. Por la mañana Moody’s rebajó la calificación a doce bancos del Reino Unido y a nueve de Portugal.
El mercado le prestó oídos sordos. Pero por la tarde, tras el cierre de las bolsas europeas, la agencia de calificación Fitch rebajó dos escalones la calificación de España y uno a Italia. Para los italianos llovía sobre mojado porque ya Moody’s le había rebajado tres escalones.
Y puestos a abrir el cajón de las malas noticias, todo el mundo se acordó de un tal Shapiro, asesor del FMI, quien pronosticó en una tertulia de la cadena inglesa BBC, que el sistema bancario europeo sufriría un colapso en dos o tres semanas. Otro como el Rastani que especula a la baja o tiene amigos que lo hacen.
Ya tenemos cóctel molotov para servir el lunes en bandeja, salvo que Wall Street, se arregle al cierre. Pero la primera reacción de los mercados bursátiles norteamericanos ha sido a la baja.
Y es que el sentimiento negativo es como el tabaco, que crea adicción y es muy difícil desterrarlo. Y cuando parece que ya lo hemos superado, aparece un imbíécil que nos da un cigarro, un iluminado en la BBC, o un par de agencias de calificación y nos estropea el fin de semana. Pues un servidor piensa disfrutar del fin de semana y, por supuesto, no encender un sólo cigarro.