La elevada prima pagada por el Banco Popular en la compra del Pastor -entre el 31% y el 37%, según se tome la última cotización o la media de las últimas semanas- supondrá una dilución de su beneficio por acción del 19% en 2011, según las estimaciones de varios analistas. No obstante, esta cifra puede reducirse con las sinergias que se obtengan, que pueden alcanzar hasta 100 millones. En todo caso, se trata de los dos bancos con mayor exposición al ladrillo y, en consecuencia, mayor riesgo de píérdidas en este sector. Si sumamos morosidad, críéditos subestándar, fallidos y activos adjudicados, la tasa de morosidad del Pastor se eleva del 5,7% al 18,9%, y la del Popular, del 5,6% al 18,1%.
Según una nota de análisis de La Caixa, la valoración de Pastor implica que tendrá que emitir 374 millones de acciones, un 27% de su capital actual. El activo del banco que preside íngel Ron crecerá un 24%, con un aumento del 22% en críéditos y del 19% en depósitos, pero el efecto dilutivo del beneficio por acción (BPA) será del 19%.
Ahora bien, este mismo informe estima que las sinergias de la integración pueden situarse entre 71 y 100 millones, frente a un beneficio neto conjunto de los dos bancos de 652 millones en 2010. Para alcanzar esas sinergias, haría falta una mejora de entre el 20% y el 30% en la base de costes. En ese caso, la dilución se reduciría al 12% del BPA en 2011.
En todo caso, se trata de un impacto muy relevante en la cuenta de resultados fruto de una prima muy elevada que supone valorar al Pastor en los mismos niveles de la salida a bolsa de CaixaBank, 0,8 veces el valor en libros, y muy por encima de las OPV de Bankia y Banca Cívica, que salieron en torno a 0,4 veces este valor. Algo que, según algunas fuentes, se explica porque el Banco de España ha "tutelado" la venta; según otras, porque era la única forma de imponerse en una puja a Sabadell, la propia Caixa, Ibercaja y Espirito Santo. El asesor de Popular en la adquisición ha sido Goldman Sachs.
La bomba de relojería del ladrillo
Sea como fuere, el Popular debe hacer frente ahora a dos grandes retos. Por un lado, ejecutar su primera adquisición en la historia moderna, y en un momento tan difícil como el actual para el conjunto del sector. Y por otro, gestionar la enorme exposición al ladrillo de ambas entidades, la mayor de la banca española en tíérminos relativos. En tíérminos absolutos, Popular tiene 17.800 millones de críédito promotor y Pastor, 5.200. A esto hay que sumar los adjudicados, de 4.900 y 1.700 millones, respectivamente.
Una bomba de relojería que se resume en un cálculo de un experto en el sector que prefier permanecer en el anonimato. La suma de la morosidad, el críédito subestándar (no es moroso aúin pero tiene muchas probabilidades de serlo), los fallidos y los adjudicados alcanza una tasa del 18,9% de la cartera de críédito en el Pastor. Y Popular no anda muy lejos, con un 18,1%. En todo caso, fuentes conocedoras de la operación aseguran que se le permitirá provisionar los saneamientos necesarios contra reservas y no contra resultados, como ha ocurrido con todas las fusiones de cajas.
Asimismo, los test de estríés arrojaban una píérdida esperada de 2.600 millones hasta 2012 en el escenario adverso, que el banco deja en 1.900 millones en un escenario realista. Frente a eso, las provisiones dotadas alcanzan 1.700 millones. De ahí que muchos estimen que la entidad iba a entrar irrevocablemente en píérdidas en los próximos trimestres.