Yovana Moreno Torres 333
EL PODER QUE LLEVAMOS DENTRO
POR: MAGNUM ASTRON 21/07/2011
La experiencia anterior me llevó a confirmar que existen en nuestro ser interno poderosas fuerzas que permanecen latentes hasta que una ocasión especial las despierta. La mayoría de las personas llega a la tumba sin saber que poseía el más preciado tesoro, porque nunca penetró hasta su interior una luz que hiciera destellar la más preciosa gema que todos llevamos dentro.
Pero una lectura o un ejemplo pueden ser la única chispa que, de un momento a otro, nos convierta en genios. Es ahí cuando la verdad brota en el hombre como una explosión de luz indescriptible, y en la mujer como una lluvia de sutiles flores celestes. Por eso el cerebro del hombre es un manantial de ideas. La mujer tiene el poder de presentir lo oculto y ver más allá de las apariencias.
Todos podemos sumergirnos en profunda meditación hasta llegar a no sentir los límites de nuestro cuerpo, descubriendo así las fuerzas secretas de la vida. Podemos penetrar en los abismos de la inmensidad etíérea, hasta tocar el fondo sin límites de lo invisible. Porque las verdades eternas se aprenden no tanto por lo que recibimos de afuera, sino por lo que uno descubre dentro de sí. Llevamos siempre en nuestro interior las glorias y maravillas que buscamos, sin íéxito, fuera de nuestro cuerpo. Con seguridad poseemos más cualidades de las que creemos tener y con ellas podemos triunfar en todo, recordando que el íéxito se encuentra allí donde palpita con fuerza el corazón.
¡Oh! ¡Quíé sensación de paz eterna se siente cuando uno se disuelve en la Naturaleza y no entabla diferencia ni se cree ni más ni menos que la planta, el insecto, el ángel o la estrella! Todo merece ser respetado y querido, ya sea un grano de arena o una hierba.
No existen vidas pequeñas: toda manifestación es grandiosa. Porque así como el pájaro ama el aire que le da su libertad, así como el pez ama el agua que lo mantiene ingrávido, de la misma forma debemos amar la Tierra, la cual soporta pacientemente nuestras pisadas. No debemos negarle el amor aun a los que nos hacen mal, así como el frondoso árbol no le niega su sombra al leñador que lo abatirá algún día.