Los líderes europeos trabajan estos días en un plan para llevar a cabo una eventual recapitalización bancaria en el seno de la Unión Europea, con la probable ampliación de la quita griega como telón de fondo. Los detalles se discutirán en la reunión del Consejo Europeo del próximo 23 de octubre y el economista Santiago Niño Becerra aporta hoy su opinión al respecto.
Según señala en su blog de La Carta de la Bolsa, la recapitalización "ni se puede hacer ni es conveniente". Los motivos que esgrime el Catedrático de Estructura Económica son bien claros: "No existe pasta suficiente ni saldría a la luz toda la mierda que esas entidades acumulan en sus armarios".
Como la solución que plantea la Unión Europea no le convence, Niño Becerra propone una alternativa. Piensa que lo mejor sería que expertos financieros -"no políticos", precisa- deberían sentarse alrededor de una mesa y elaborar "una relación de la porquería que acumulan las entidades financieras de sus países, una lista con lo que se les debe a sus economías y con lo que esas economías tienen que pagar".
"Y en el bolsillo de la camisa un lápiz rojo. Y a empezar a tachar, a circular, y a trazar flechas que unan números encerrados entre paríéntesis. Pienso que no hay otra vía", sentencia el economista.
En cualquier caso, Niño Becerra no arremete sólo contra la obsesión de los dirigentes de la UE por la banca. Tambiíén carga contra las reformas que pretenden impulsar para dotarse de una mejor gobernanza económica. Sobre la propuesta de crear un sistema fiscal europeo común apunta que "lo tuvieron a huevo para haberlo metido en el 92, en el Tratado de Maastricht, pero entonces tocaba otra cosa y había margen para hacer negocios".
Y, discrepa, asimismo, de la voluntad de los líderes políticos para aumentar la supervisión: "Pero si fueron eliminando toda la que había para que todo bicho viviente tuviese acceso al críédito a fin de que el mundo fuese bien y creciese mucho".
La crisis sistíémica, desde 2007
Niño Becerra tambiíén alude en su artículo de este lunes a las palabras del todavía presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, quien alertó la semana pasada de que la crisis de la deuda ha alcanzado una dimensión sistíémica y las tensiones se están extendiendo a los mercados financieros de todo el mundo.
Para el Catedrático de Estructura Económica, se sabe desde siempre que la crisis es sistíémica, "desde que en el verano del 2007 las fachadas de los edificios de las ciudades irlandesas comenzaron a llenarse de carteles fosforito: For Sale; desde que los homeless de Estados Unidos empezaron a dejar de pagar sus hipotecas".
El caso es que "hasta ahora no se había dicho porque no era procedente decirlo", asegura. Por quíé no se dijo todo esto hace un año o hace dos?, se pregunta Niño Becerra. "Pues porque no tocaba, aún no era el momento, no era procedente, conveniente; por eso Trichet dice ahora que la crisis es sistíémica: toca, y íél se va", sentencia.