El Gobierno de EE.UU. concedió a la petrolera británica BP permiso para volver a realizar operaciones de perforación petrolífera en aguas profundas, despuíés del desastre producido por un derrame de crudo en el 2010 en el Golfo de Míéxico.
La aprobación del plan de BP fue hecho por la Oficina de Gestión de Energía Oceánica (BOEM, por sus siglas en inglíés), en un primer paso para retomar las actividades de perforación, pero aún debe recibir la luz verde de otra agencia federal, la Oficina de Seguridad Medioambiental.
“Nuestra revisión del plan de BP incluyó la verificación de que cumple con los mayores estándares exigidos para las actividades en aguas profundasâ€, aseguró Tommy Beaudreau, director de la BOEM en un comunicado.
La agencia federal agregó, además, que la compañía petrolera “anunció en julio la puesta en práctica de medidas adicionales de seguridad de manera voluntaria en sus operaciones de perforación en el Golfo de Míéxicoâ€. El proyecto de BP consiste en la perforación de cuatro pozos situados a 300 kilómetros de las costas de Luisiana.
Las operaciones planeadas tendrán lugar a casi 2.000 metros bajo el nivel del mar, a mayor profundidad que las que se llevaban a cabo en la plataforma Deepwater Horizon, que explotó en abril de 2010 dejando 11 muertos y provocando el mayor derrame de crudo de la historia de EE.UU., al verter al mar unos 5 millones de barriles de crudo.
La Administración del presidente de EE.UU., Barack Obama, decidió declarar en mayo de 2010 un moratoria de seis meses para la exploración petrolífera, la cual fue levantada en octubre del año pasado en medio de intensas presiones de la industria.
EE.UU. permitió a partir de entonces reanudar las operaciones en la zona para plataformas que estuvieran operativas en el momento del accidente. El 30 de marzo de este año la agencia federal estadounidense otorgó la primera nueva licencia de perforación en el Golfo de Míéxico a la petrolera Shell