Lo dijo Sarkozy en el último Consejo Europeo: “Gracias al esfuerzo de Zapatero y al sentido de responsabilidad de Rajoy, España no está en primera líneaâ€. Es posible que las palabras del presidente francíés sean sinceras, pero lo que está fuera de toda duda es que son interesadas. Muy interesadas. No en vano, Francia se ha convertido en plena crisis de la deuda soberana en el principal tenedor de deuda pública española. Cerca del 29% de los títulos que ha emitido el Tesoro Público están hoy en manos francesas.
¿Cuánto supone eso? Pues alrededor de 165.000 millones de los 567.000 millones de euros que debía el Estado a finales de agosto. Con razón Sarkozy no quiere ni oír hablar de un hair cut a la deuda española, por pequeño que sea, como ha sugerido la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglíés. Cada punto de quita (por la caída de precios ante la imparable subida de la rentabilidad) le costaría a los tenedores franceses de deuda española unos 5.600 millones de euros.
Lo sorprendente no sólo la cifra, sino el hecho de que mientras algunos de los inversores tradicionales en España han reducido sus posiciones, Francia las ha aumentado. Y mucho. Toda vez que al comienzo de la crisis el 22% de la deuda española estaba en manos francesas (siete puntos menos que ahora). Entre los que han reducido posiciones están, por el contrario, EEUU, Asia (principalmente China) y Benelux.
Quiere decir esto que las giras de miembros del Gobierno español por China y los países del Golfo para colocar deuda española no han dado los frutos deseados. Al menos todavía. La última presentación que ha hecho el Tesoro a los inversores incluye un gráfico en el que se puede observar esta tendencia. Asia ha reducido su participación en la deuda española del 27% al 23%, mientras que en el caso del Benelux (plataforma desde la que se hacen las inversiones dirigidas a España por razones fiscales) ha disminuido de más del 21% a alrededor del 15%.
A resaltar tambiíén el caso de Alemania, que pese a ser el principal socio comercial de España, representa menos del 9% de la deuda del Estado (sin contar las administraciones territoriales). Un porcentaje muy pequeño y alejado de las relaciones económicas entre ambos países.
Los datos del Tesoro reflejan, en todo caso, que la crisis soberana no ha hecho reducir el apetito de los inversores extranjeros por la deuda española. Al contrario. Según los datos del Tesoro, el 55% de la deuda del Estado está en manos de no residentes, lo que explica la enorme exposición de España a una crisis soberana, y que se traduce en una elevada deuda externa, una de las más grandes del mundo. En concreto, algo más del 160% del PIB. O el 100% si se contabiliza únicamente la Posición de Inversión Internacional (saldo entre lo que debe España y lo que le deben en el exterior)
En el caso español, frente a lo que sucede, por ejemplo, en Italia, donde la mayoría de su endeudamiento es interior, nada menos que unos 310.000 millones de euros están en manos de no residentes, lo que hace al país más vulnerable a los vaivenes del mercado.