La Comisión Federal de Competencia (CFC) confirmó hoy un dictamen de junio de 2008 por medio del cual declaró dominante a todos los operadores de telefonía móvil de Míéxico en el mercado de terminación de llamadas en su propia red celular.
El organismo indicó en un comunicado que la decisión del pleno de la CFC se tomó "por unanimidad" para la compañía Telcel, filial de Amíérica Móvil, y "por mayoría" para la española Telefónica y la mexicana Iusacell.
La dependencia precisó que las empresas cuentan "con 30 días hábiles para interponer recursos de reconsideración ante la CFC".
La decisión confirma un dictamen previo de 2008, que estaba pendiente despuíés de una serie de litigios interpuestos por algunas empresas.
A juicio de la CFC, "la terminación de llamadas en redes móviles es un insumo indispensable para la provisión de los servicios de telefonía fija y móvil", y si un "operador no puede terminar llamadas en alguna red móvil, es inviable que compita en el mercado final de servicios de telefonía".
Cada red de un operador es un mercado en sí mismo "porque la terminación en determinada red no tiene sustitutos". Si una persona quiere contactarse con un usuario de telefonía móvil, no tiene más remedio que enlazarse con la red a la que está suscrito, aseveró.
"Por lo tanto, cada operador de telefonía móvil tiene la capacidad para restringir unilateralmente la oferta de terminación de llamadas en su propia red y, en consecuencia, es dominante en la misma", puntualizó el organismo.
El regulador antimonopolios manifestó que todavía quedan pendientes de resolverse otros cuatro procedimientos de dominancia.
Una vez resueltos las autoridades de telecomunicaciones de Míéxico quedarán facultadas para imponer a las empresas "obligaciones específicas en materia de precio, calidad o información", detalló la CFC.
Sin embargo, subrayó que no se trata de conductas "ilegales", por lo que "en ningún caso" la CFC podrá imponer sanciones económicas a las empresas