La tregua de ayer, coincidiendo con los rumores de dimisión de Berlusconi, resulta efímera en la deuda italiana. El interíés de su bono a diez años entra en zona de máxima alerta, al ampliar sus ríécords hasta el 6,75%.
Jornada a jornada la deuda pública italiana se acerca a los niveles marcados en rojo por los analistas, y que desencadenaron los rescates de Irlanda y Portugal.
La prima de riesgo alcanzó ayer su máximo desde el año 1995, por encima de los 480 puntos básicos, y el interíés exigido a su bono a diez años pulverizó sus ríécords de 1997, en el 6,67%.
Antes incluso de la apertura de los mercados europeos, la rentabilidad de su bono a diez años rompe otra barrera, la del 6,7%, y alcanza el 6,75%, según datos de Reuters.
Los analistas coinciden en que estos niveles son insostenibles a medio y largo plazo, y destacan que sin la ayuda de las compras realizadas por el BCE las rentabilidades de sus bonos podrían haber superado ya las cotas que provocaron los rescates de Irlanda y Portugal.
Tal y como se hizo público ayer, la llegada del italiano Mario Draghi a la presidencia del BCE supuso que el banco central, además de bajar los tipos de interíés, acelerara las compras de deuda perifíérica en la pasada semana. En concreto, la entidad incrementó en un 138% las adquisiciones, hasta los 9.500 millones, en su mayor parte en bonos italianos.