Las cuentas del Estado no cuadran, según la mayoría de los expertos. Y por ello, la Agencia Tributaria ha disparado las multas, las sanciones y los recargos en el último año. Según los últimos datos de Ejecución Presupuestaria del Ministerio de Economía y Hacienda, el Fisco ingreso por “multas, sanciones y recargos†413,8 millones hasta septiembre, un 13% más que en el mismo periodo de 2010.
Las multas impuestas, y recaudadas en el mismo ejercicio, se han elevado exponencialmente en la última legislatura. En 2008 las multas tributarias efectivamente cobradas ascendían a 223 millones de euros. Ahora la cifra casi se duplica. El total de las multas y sanciones (tributarias y no tributarias) del Estado superan ya los 500 millones de euros, un 4,1% más que el año anterior.
El cobro de las sanciones es esencial en un momento de máxima preocupación sobre la situación de las arcas públicas. Si se cobraran todas las multas pendientes (de este año y anteriores) se reduciría el díéficit un 0,2%, una cifra que ayudaría, y mucho, a cumplir con el objetivo de estabilidad presupuestaria que exige Bruselas.
¿El problema? Que muchos de estos recargos están parados en los tribunales y en la burocracia, por lo que la cifra representativa no es cuánto puede cobrar Hacienda por multas sino lo que consigue ingresar en caja.
Impagos a Hacienda
Este problema se suma al de los impagos de Hacienda. La Agencia Tributaria tiene una deuda pendiente de cobrar de 19.152 millones de euros al cierre de 2010 (cerca de un 2% del PIB), frente a los 15.700 millones que se registraron el año pasado. Este aumento del 20% es menos llamativo si se mira la evolución de estas cantidades desde 2007, cuando el departamento que ahora dirige Juan Manuel López Carbajo tenía que lidiar con 10.000 millones de deudas, la mitad que en la actualidad, según datos de la Memoria de la Agencia Tributaria de 2010