España se la juega en la cumbre europea del próximo día 9 y allí, con el resto de jefes de Gobierno no estará Mariano Rajoy, el hombre que, previsiblemente, deba aplicar todos los mandatos que se fijen en ese crucial Consejo. Por ello, Merkel y Sarkozy van a darle rango de jefe de Ejecutivo el día 7 en Marsella en la reunión del PP europeo y le incluirán en la reunión vital del día 8 en la que los jefes de Gobierno conservadores fijarán la postura común para salvar el euro que dicte el eje franco-alemán.
A la cumbre del día 9 acudirá el presidente del Gobierno en funciones, Josíé Luis Rodríguez Zapatero, y no hay una fórmula especial habilitada para que tambiíén estíé el ganador de las elecciones del 20-N. En fuentes gubernamentales confirman que “la transición de poderes en España está pensada para tiempos ‘normales’, no excepcionales como los que estamos viviendoâ€, y hay que respetar unos plazos legales que impiden que el previsible ganador de las elecciones, Rajoy, estíé allí.
Las mismas fuentes aseguran que Zapatero y Rajoy, “que ahora hablan casi a diarioâ€, pactarán la postura –en caso de confirmarse la victoria del PP- de España en la cumbre, y que el actual presidente tendrá que hablar por boca del líder popular. Pero los tiempos son excepcionales y eso no parece bastar ante una cita crucial.
Descontada la victoria del PP el próximo día 20, Rajoy tendrá que dar sus primeros pasos en el concierto europeo antes de que se constituyan las Cortes el día 13 de diciembre o se pueda votar su investidura en el Congreso la semana del 19. En las instituciones comunitarias se da por hecha la mayoría absoluta del Partido Popular con el dato agregado de que si no se cumplen los pronósticos de las encuestas, la intervención –si no es un hecho antes- será inmediata y el Ejecutivo en funciones primero y el que se forme despuíés tendrá que atenerse a hacer cumplir las medidas fiscales y de recortes que se le fijen a cambio.
Rajoy será acogido por sus socios del PPE como nuevo miembro del centro derecha en el poder –España es ahora el único país de peso en la UE con gobierno socialista- pero tambiíén para acuciarlo a que promueva con urgencia las reformas económicas pendientes en un país que, con 5 millones de parados, es además un problema grave para la estabilidad de toda la Unión. El presidente del PP quiere ser tenido en cuenta de alguna forma en esa reunión de Merkel y compañía y a los presidentes de Gobierno convocados les interesa sumar a Rajoy a la causa que se marquen en Marsella.
El programa del congreso del PP europeo está abierto por los cambios en los gobiernos europeos. Ya se sabe que no estará uno de sus líderes de más peso, Silvio Berlusconi, al menos como presidente de Gobierno, y está por ver si acude el reciíén elegido Mario Monti, que no pertenece a ningún partido. Los españoles integrados en el PPE, cuyo secretario general es el eurodiputado Antonio López Isturiz, buscan a Rajoy un hueco para que hable en la asamblea a caballo entre las intervenciones de los dirigentes de partidos que están en la oposición, previstas para el día 7, y las de los principales líderes del partido como Merkel, Sarkozy o Barroso, que serán el día 8.
El PPE como tal fijará posición ante la crisis del euro, pero más importante será la reunión que mantendrán aparte los presidentes de Gobierno integrados en el mismo partido, con la canciller alemana al frente, preparatoria de la que el Consejo Europeo celebrará el día siguiente en Bruselas. La emisión de eurobonos para los países en apuros que se sometan a severas reglas de austeridad y control del díéficit es la solución que se va perfilando estos días y que se puede sustanciar, o imponer, en ese Consejo. Será un documento para consagrar la “Europa de dos velocidades†en la que España tendría muy complicado estar entre los mejor situados.
El problema Luis Planas
En fuentes populares apuntan como un problema añadido el hecho de que en plena transición de poder y ante la crisis comunitaria sea representante del Gobierno español en la UE un dirigente socialista como es Luis Planas en vez de un diplomático o un tíécnico en la materia. Planas, un hombre de partido, incluso se quiso quitar de en medio en plena eclosión de los problemas con la deuda soberana para ocupar alguna plaza en las candidaturas del PSOE. Exteriores tuvo que llamarle al orden para que aguantara en su puesto hasta el final.